Doble mensaje para Europa
Las elecciones alemanas con más participación electoral desde la reunificación del país, en 1990, dejan un doble mensaje para Europa. Por un lado, la racionalidad política se impondrá con la unión de las fuerzas más moderadas —previsiblemente, de democristianos y socialdemócratas— frente a los cada vez más pujantes extremos. Por otro, la tolerancia hacia ideas consideradas peligrosas hasta hace muy pocos años ha encumbrado a AfD, un partido que defiende principios políticos similares (con envoltorio diferente) a los que quebraron el continente con dos guerras mundiales. Está por ver cuál de las dos lecturas cala más en una Europa sumida en la incertidumbre.