Europa, en la hora de la verdad, calibra su arsenal para la guerra arancelaria
En cuatro días, Donald Trump ha despejado la incógnita de por dónde iba a golpear a la Unión Europea en el enésimo frente abierto. El lunes, Bruselas constató que el republicano iba en serio con los aranceles, al imponer gravámenes sobre el acero y el aluminio. Y el jueves dio un salto adelante con una ronda arancelaria prácticamente ad hoc, al incluir el IVA como criterio en sus tarifas recíprocas. Los Veintisiete han reaccionado las dos veces con palabras medidas, sin enseñar qué armas están dispuestos a utilizar en esta guerra comercial: se ha limitado a advertir que “reaccionará con firmeza” y sigue guardando celosamente el alcance de una respuesta para la que lleva tiempo calibrando su arsenal.