“Haití se ha hundido”, admite su exministro de Finanzas

El exministro haitiano de Finanzas, Daniel Dorsainvil, ha confesado francamente la dura verdad que pesa sobre el oscuro destino de su país: “Haití se ha hundido”, mientras asegura que la vida diaria de sus compatriotas “se compone de miedo, ansiedad, incertidumbre y mala vida”.

Mientras tanto, la frontera dominico-haitiana experimenta mucho movimiento, mayor vigilancia, operativos, y más gestión de inteligencia, lo que ha disparado la carga de trabajo sobre miles de soldados desplegados allí para garantizar la integridad del territorio nacional.

“Ya no hay dudas”
El extitular haitiano de Finanzas asegura que “esta situación sigue agravándose hasta tal punto que ya no hay duda de que Haití se hunde. Más bien, debe tenerse en cuenta: Haití se ha hundido”. Dorsainvil, un economista que ocupó la cartera de Economía durante el período 2006-2009, des-nudó con franqueza la severa realidad que abate a su país.

Lo dijo abiertamente al diario haitiano Le Nouvelliste, con una reflexión de entrada en la que establece que una causa fundamental de las crisis políticas y sociales que atraviesa su país “proviene del hecho de que el Estado irresponsable no es relevante en la vida cotidiana de los ciudadanos”.

Aun con estas precisiones de debacle existencial de Haití, Dorsainvil cree que es importante restaurar la credibilidad del Estado, “exigiéndole que haga una presencia positiva en la vida cotidiana de sus constituyentes…” Haití “al final de la línea” “El pueblo haitiano ha llegado al final de la línea; están perdiendo fuerzas, especialmente, pero no exclusivamente, las personas más vulnerables”, dijo.

Y agrega que hay que encontrar medios en el sistema tributario haitiano para ayudarlo. Este paquete de medidas, que conducirá a una mayor presión fiscal, implica necesariamente un aumento en el precio de los productos petrolíferos en surtidor.

RD sigue vigilante
El derrumbe irremediable de Haití, ahora con casi medio país bajo el control de pandillas criminales, repercute y preocupa en este lado oriental dominicano.

Por eso, en la frontera dominico- haitiana se está registrando mucho movimiento, mayor vigilancia y operativos, más gestión de inteligencia y un incremento de la carga de trabajo sobre los miles de soldados desplegados allí para garantizar la integridad del territorio nacional.

Fuentes militares han comentado que a la tradicional presión migratoria ilegal haitiana que siempre ha cargado de trabajo y gastos enormes al país, para sostener los dispositivos de seguridad fronteriza, se suma ahora la amenaza de las pandillas que dominan amplios territorios de Haití.

Todo esto significa más gastos de los flácidos recursos presupuestados para inversión en la seguridad doméstica, y una mayor carga de trabajo para el personal del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza, el grupo de inteligencia militar G-2 y los soldados del Ejército acantonados a lo largo del cordón fronterizo.

Al menos, esto es lo que implica el nuevo ingrediente que está sumando el fenómeno de las pandillas haitianas, ya con tanto poder que han asumido el mando en regiones y barrios enteros de ese país.