Jugar sin fanáticos cortaría hasta el 40% de ingresos

La opción A que maneja hoy la Lidom para comenzar el próximo torneo otoño-invernal es sin público en las gradas, como arrancaron Taiwán, Corea del Sur y Grandes Ligas sus campeonatos 2020 marcado por el COVID-19. En el caso asiático, que han doblegado los contagios del virus, en Seúl ya permiten hasta el 30% de las butacas ocupadas y en la república china el lunes Jorge de Paula lanzó ante 18,851 fanáticos.

En Dominicana la boletería cubre una cuota más importante que en los mencionados circuitos. Quilvio Hernández, presidente de las Águilas Cibaeñas, coloca la cobertura del presupuesto del club hasta un 40% por ese renglón, pero aún sin él asegura que el resto de los clubes está dispuesto a asumir los ajustes para sacar adelante el torneo, el 15 de noviembre.

Un Águilas-Licey en el Quisqueya repleto (11,350) a precios de la temporada pasada genera en boletería RD$4,365,150. Fuentes cercanas a la industria que pidieron a DL la reserva de su nombre, doblan esa cifra cuando incluyen las ventas de la cantina y parqueo más las boletas vendidas sin butacas.

En Santiago, cuyo aforro puede albergar sentado 6,72 personas más hasta los 18,077, ese monto lo colocan en RD$12 millones.

Si bien puede aportar de forma directa hasta un 40% en el caso de Águilas y Licey (los más taquilleros) la ausencia de público también anula otros negocios, como la venta de alimentos, bebidas y mercancías alusivas a los equipos.

En febrero, el presidente del Licey, Domingo Pichardo, reveló en La Semana Deportiva que el torneo 2019-2020 al partido del club en su casa asistieron 350,000 personas.

“No es el mejor escenario, lógicamente, no tener los ingresos normales, pero lo que hay que hacer es un esfuerzo de todos para que tengamos un campeonato… a medias, un campeonato sin fanáticos es a medias”, dice Hernández al teléfono desde Santiago. “Lógicamente habría que implementar muchas cosas nuevas, mejorar mucho la televisión para que el pueblo dominicano tenga algo de béisbol. No es lo ideal, pero tenemos que hacer ajustes si queremos por lo menos tener campeonato”.

El equipo amarillo suele vender hasta 4,000 asientos en abonos, un ingreso que sale de la ecuación en las actuales condiciones. El Licey ha logrado superar los 5,000, un flujo que comienza a facturarse en julio y sirve para aceitar la maquinaria hasta que llega el de la comercialización, que se cobra hasta tres meses después de facturado.

A presupuestos más chicos se requerirá ajustes, si bien el Gobierno, a través del ministro de Deportes, Francisco Camacho, garantizó que dará el apoyo para que se juegue.

A la hora de reducir costos, Parmenio Rodríguez, administrador del Quisqueya, tiene sugerencias. Un partido con fanático requiere hasta 300 empleados (incluyendo los vendedores), 24 solo para acondicionar el terreno. “Sin público eso baja a menos de la mitad”, dice Rodríguez.

¿Cuánto se ahorrarían si se le subsidiara la electricidad? Rodríguez coloca en RD$125 mil el costo de un partido a Edesur por lo que Licey y Escogido se ahorraría RD$5 millones en la regular con la excepción.

“Todo cuenta. Si recibe esos beneficios, de luz, tendrá que recortar personal, gastos de la empresa por muchos lados para cumplir con los compromisos, mientras menos gastos tenga más efectivo”, dice Hernández, que entiende los peloteros también tendrán que asumir los sacrificios, como ha ocurrido en otros circuitos.