Papa Molina, maestro y primera trompeta nacional del buen merengue

Este miércoles se anunció la muerte de uno de los músicos y compositores dominicanos más importantes en la historia de la música dominicana, quien con su trompeta dirigiera varias orquestas del país. Y con su legado, inspirará a decenas de buenos músicos.  

Ramón Antonio Molina Pacheco, mejor conocido como Papa Molina, nació en el municipio de Moca el 19 de diciembre de 1925, este año cumpliría 95 años.

Desde joven se destacó como uno de los trompetistas más sobresalientes de la región norte del país, lo que llevó a que ser contratado como primer trompeta de la Orquesta San José en La Voz del Yuna en 1942, con tal sólo 17 años de edad.

La agrupación, que fuera de las más prestigiosas de su época, fue dirigida por Julio Gutiérrez, Avelino Muñoz y el propio Papa Molina.

Papa Molina es autor de piezas imprescindibles en la música dominicana del siglo XX, entre las que son obligadas mencionar el bolero Evocación, Sufro por ti, Nunca te lo he dicho, Cuando volveré a verte y Tres imágenes folklóricas.

En 2011 fue nombrado como la Gloria Nacional de la Música Dominicana.

Casado desde 1959 con Francia Josefina Miniño, mejor conocida como Josefina Miniño, maestra y bailarina profesional en ballet folclórico en la que se inspiró para escribir algunas de sus canciones.

Juntos procrearon al maestro José Antonio Molina Miniño, director de la Orquesta Sinfónica Nacional y a Evangelina Molina, primera Médica Ginecobstetra infantojuvenil de República Dominicana.

En el 2018 la Corporación Estatal  de Radio y Televisión Dominicana (CERTV) le realizó un homenaje por su trayectoria y aportes a la música. En el acto se designó el salón de eventos y actividades con el nombre de Papa Molina.

En ese acto de homenaje habló su hija en representación de la familia, el maestro José Antonio Molina.

“Celebrar la vida y la obra de mi padre esta noche es celebrar el espíritu y la esencia de la música misma”, dijo. Luego señaló que para agradecer el “hermoso tributo” tenía que hacerlo “desde la humildad, la nobleza y la grandeza que ha caracterizado su legado y su carrera”.

“Siempre ha sido su filosofía de vida que ser músico trasciende al talento y la vocación artística. Es una actitud ante la vida y un compromiso con la excelencia”, dijo en esa ocasión su hijo.

“Como músico clásico he tenido que coexistir con las grandes obras de compositores del repertorio clásico internacional, digamos desde Bach hasta Bartok, sin embargo, no ha habido ni habrá nunca otro músico más importante en mi vida que mi adorado padre Papa Molina”, señaló.

Su esposa, otra veterana artista nacional, señaló en una ocasión que Papa Molina trabajó desde 1942, primero en La Voz del Yuna, y posteriormente en La Voz Dominicana, nombres que tuvo en el principio la planta televisora nacional, y que de alguna manera esta institución los unió. “Aquí lo conocí, aquí nos enamoramos y aquí nos casamos”, dijo en una rueda de prensa en la que se comunicó el homenaje que le harían.

Para ese momento, el maestro ya presentaba problemas auditivos que le impedían estar presente en la rueda de prensa.

El maestro nacional aprendió solfeo y teoría musical con Arístides Rojas en la Academia Municipal de Moca, en la que se desempeñaría posteriormentre como profesor y músico de la Orquesta Municipal.

Para el año 1942 ingresó a La Voz del Yuna como primera trompeta de la Orquesta San José, agrupación que realizaba sus presentaciones en la mencionada estación radial, pasando luego a ser su director, llenando toda una época.

Molina es conocido compositor prolífico de piezas emblemáticas de la música popular dominicana.