Liminar – En la tierra prometida
Miguel Guerrero es un periodista que ha trillado, a pesar de su juventud, un campo variadísimo y sensible de nuestro mundo de hoy. El periodismo, carrera que abrazó después de su bachillerato en filosofía y letras, egresando de las aulas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo con el título académico de la escuela que forma los hombres de la prensa, no es siempre un lecho de rosas; por el contrario, es fundición de numerosas corrientes sociales, centro de profundas meditaciones y casi leyenda, cuando se descorre el velo de actividades que a diario provoca el ejercicio de esta noble profesión.
En este libro -páginas enfocadas con entusiasmo, escritas en lenguaje fluido y fácil, para llegar sin tropiezos al corazón y al intelecto de los lectores- aflora una reseña vigorosa y sutil de ese gran pueblo, milenario, valiente, culto e incansablemente trabajador, qué se llama Israel. De este se ha dicho mucho y se ha escrito más. Y es que hay drama por doquier, esperanzas detenidas en el decurso de los tiempos, y frustraciones, hasta alcanzar la tierra prometida para al fin encontrar un hogar, el hogar perdido través de las diásporas; el hogar donde vuelve a vibrar una lengua estuvo dormida por 2000 años, y que resucitó gracias al tenaz temperamento de Ben Yehuda; la misma que tuvo hombres y cerebros antes y ahora- y aquí evocamos desde Ibn Gabirol, Maimónides, Spinoza y otros hasta Einstein, Weizmann, Katzir, Heifetz, Chagall, y así centenares más- o mujeres ilustres entre las cuales hacen historia Golda Meir o la poetisa Goldberg.
En fin, en las pinceladas y en los relatos de Miguel Guerrero aflora la tierra de Israel con su fuego climático o ya con el rumor de aguas recogidas y hechas brotar por la necesidad, la ciencia o el arte; la pincelada bellísima del mar de Galilea o las nubes y nieblas del Monte Hermón; la indudable permanente hermosura del kibutz de Ayalet Hashahar, qué tantos recuerdos nos trae a nosotros, como por igual
los muros sagrados, memorables, ilustres, Jerusalén. ¿Cómo olvidar todo esto si al seguir columna por columna, línea por línea de la prosa del autor, va uno caminando por toda esa franja de tierra que fue dura y al mismo tiempo ansiada; Qué es y sigue siendo amasijo de razas y de tradiciones y que por encima de todo, es para la cristiandad como para otras religiones monoteístas, misterioso rincón de un Universo infinito.
El periodista ha dado paso muchas veces a su poesía interior; a la cultura escondida que no siempre se revela en el afán diario de las ediciones destinadas a la información del público. Pero, es un hecho innegable que Miguel Guerrero ha sabido, con éxito, decir muchas cosas que no han sido dichas y repetir otras o narrar las con nueva interpretación, de modo que sean recordadas y analizadas desde otros ángulos.
Para su libro, el mejor de los éxitos y para Israel el homenaje que una pluma dominicana cristaliza en sus experiencias como viajeros por la tierra en la cual profetas y hombres de fe, pisaron los resquicios y
dejaron huellas de sublime eternidad.
ENRIQUE DE MARCHENA Y DUJARRIC.
Enrique de Marchena y Dujarric es Presidente del Instituto Cultural
Dominico- Israelí. Diplomático de carrera, periodista, doctorado en
leyes, compositor de música culta, muy conocido en el extranjero, ha
visitado varias veces la Tierra Santa. Fue galardonado en 1973 con el
Premio Internacional “García Granados” concedido por el Estado de
Israel. Es Miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y
Correspondiente de la Real Academia Española.
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