Viajes más largos, personalizados y experienciales: así evolucionará el comportamiento del turista en 2026
El comportamiento del viajero de cara a 2026 refleja una transformación profunda en la forma de concebir los viajes, marcada por escapadas más largas, mayor flexibilidad, personalización y un uso creciente de la tecnología. Así lo revela un reciente informe del mercado asiático elaborado por Marriott International, que identifica cambios estructurales en las motivaciones, expectativas y hábitos de consumo turístico, con impacto directo en destinos, aerolíneas, hoteles y operadores.
Una de las tendencias más relevantes es la extensión estratégica de viajes cortos, impulsada por el uso inteligente de días libres, fines de semana largos y esquemas laborales más flexibles. Los viajeros buscan maximizar el valor del tiempo disponible, transformando escapadas breves en estancias de mayor duración, lo que se traduce en un aumento del gasto promedio y en una demanda creciente de productos turísticos capaces de ofrecer experiencias memorables más allá del alojamiento.
Más experiencia, menos itinerario tradicional
La experiencia se consolida como el principal motor de decisión. El viajero de 2026 prioriza propuestas que ofrezcan diferenciación, autenticidad y conexión emocional con el destino, por encima de los itinerarios tradicionales o el simple listado de atractivos. En este contexto, crece el interés por destinos menos explorados, experiencias temáticas, turismo inmersivo y escapadas de cercanía que aporten novedad sin sacrificar comodidad.
Aun así, los grandes centros urbanos y destinos consolidados mantienen una posición relevante, especialmente aquellos que logran reinventarse mediante nuevas narrativas, propuestas culturales, gastronómicas y de entretenimiento. La convivencia entre destinos emergentes y polos turísticos tradicionales define un mapa de demanda más diverso y menos concentrado.
El peso creciente de los viajeros jóvenes
Las nuevas generaciones juegan un rol decisivo en esta evolución. Los viajeros jóvenes registran el mayor ritmo de crecimiento, mientras que los millennials continúan liderando el volumen total de viajes. Este segmento no solo viaja con mayor frecuencia, sino que incrementa su gasto en servicios premium, actividades exclusivas y experiencias personalizadas, evidenciando una disposición a invertir más cuando perciben valor y autenticidad.
Para estos viajeros, el lujo ya no se define únicamente por el confort, sino por la capacidad de adaptar el viaje a sus intereses, combinar bienestar, gastronomía, cultura y entretenimiento, y vivir el destino de forma activa y participativa.
La personalización como eje central
La personalización deja de ser un atributo diferenciador para convertirse en un estándar esperado. El informe destaca el crecimiento de viajes diseñados en función de intereses específicos, como el turismo vinculado a eventos, celebraciones de fin de año, experiencias naturales singulares, viajes en familia o con mascotas, y propuestas que integran bienestar y desconexión.
El viajero busca construir recuerdos significativos, priorizando experiencias que le permitan involucrarse con el entorno, la comunidad local y la identidad del destino. Esta tendencia obliga a la industria a repensar su oferta, pasando de productos genéricos a propuestas modulares, flexibles y altamente adaptables.
Más viajes internacionales y mayor autonomía
En paralelo, el turismo internacional continúa expandiéndose, con una fuerte demanda hacia destinos de corta y media distancia, pero también con un crecimiento sostenido de los viajes de largo alcance y el interés por destinos emergentes. La mayor conectividad aérea y la confianza del consumidor favorecen este escenario.
El informe también señala una preferencia creciente por modalidades autoguiadas y mayor autonomía en la gestión del viaje. Los viajeros buscan libertad para definir su ritmo, modificar itinerarios sobre la marcha y explorar el destino sin estructuras rígidas, reforzando la demanda de soluciones flexibles y digitales.
La tecnología como aliada del viajero
La tecnología se consolida como un componente esencial en todas las etapas del viaje. Las herramientas basadas en inteligencia artificial ganan protagonismo como asistentes para la planificación de itinerarios, la recomendación de actividades, la gestión de reservas y la optimización de la experiencia en destino. Este uso es especialmente relevante en viajes familiares y en estancias prolongadas, donde la organización eficiente resulta clave.
En conjunto, estas tendencias anticipan un 2026 marcado por un viajero más informado, exigente y consciente del valor de su tiempo, que busca experiencias auténticas, personalizadas y apoyadas en la tecnología. Para la industria turística, el desafío será adaptar su propuesta a este nuevo perfil, integrando flexibilidad, innovación y diseño de experiencias como elementos centrales de su estrategia competitiva.
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