Auschwitz en la era del turismo oscuro
“Auschwitz con almuerzo incluido”. A Jesse Eisenberg, la inspiración para rodar A Real Pain, dos veces nominada al Oscar, le llegó de manera inesperada: a través de una publicidad en internet que ofertaba así una visita al campo de concentración, que este lunes conmemora el 80º aniversario de su liberación en 1945. El anuncio hablaba de un tipo de turismo cultural en expansión desde hace varias décadas: ese que nos invita a recorrer los antiguos escenarios del Holocausto para revivir, salvando todas las distancias, el trauma de las víctimas, aunque sin renunciar a ninguna de las comodidades de un viaje en clase preferente. A través de ese reclamo, tan distintivo de nuestra época, surgió la historia de dos primos estadounidenses, David y Benji, que visitan la Polonia de la que escapó su abuela, emigrante judía que acaba de fallecer. La rodó en la ciudad de Lublin y en el campo de Majdanek, que había visitado en 2008. Sus propios ancestros vivieron a la vuelta de la esquina.