Los nuevos controles israelíes aguan la fiesta de la familia Bisharat y atascan Cisjordania
Los padres de Mahmud Bisharat no llegaron a tiempo a Ramala para ver cómo su hijo recobraba la libertad tras nueve años entre rejas —13 antes de completar su pena por el atentado con arma blanca que cometió en Israel— en el segundo canje del alto el fuego en Gaza. Su nombre solo apareció en el número 62 del listado definitivo de los 200 reclusos excarcelados a cambio de la entrega por Hamás de cuatro soldadas israelíes, ese mismo sábado por la mañana. Es decir, con las jóvenes israelíes rumbo a un teatral escenario en Gaza y los autobuses para los presos aparcados frente a la cárcel de Ofer.