Cinco gráficos que explican la relación comercial entre China y EE UU
El presidente de Estados Unidos ha dado un respiro parcial al mundo, frenando por 90 días el despliegue de los mal llamados aranceles recíprocos. Todos los países se han beneficiado de la medida, salvo China, con la que, por el contrario, ha decidido ir un paso más allá en la guerra comercial imponiendo un arancel total del 145%. La medida cierra de facto el acceso al mercado estadounidense a uno de sus mayores proveedores de bienes, con el que ha registrado en 2024 el mayor déficit comercial ―la diferencia entre lo que un país vende a sus socios comerciales y lo que compra― según los datos de la Oficina del Censo de EE UU. Ese desequilibrio comercial rozó los 300.000 millones en 2024, lo que representa un repunte casi del 6% respecto al año previo y consolida a Pekín como el principal contribuyente del desequilibrio comercial estadounidense. Esa piedra en el zapato de la economía americana que tanto crítica el republicano y que ve como un signo de debilidad.