Chile registra contagio masivo del Covid-19

Las autoridades chilenas advirtieron ayer del estrés al que está sometida la red hospitalaria del país, espe­cialmente en Santiago, e informaron que en las úl­timas 24 horas se registra­ron 2,278 nuevos casos de COVID-19, lo que eleva la cifra total de infectados a 46,059.

“Esta leve tendencia a la disminución no debe alen­tar a ninguna decisión pre­matura”, alertó el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien afirmó que en los próximos días es posible que aumente considerable­mente el número de nuevos casos diarios. Chile registra­ba hasta la primera semana de mayo una media de nue­vos infectados de entre 400 y 500 al día y el Gobierno ya hablaba de retornar a la normalidad, pero la pande­mia experimentó un explo­sivo avance y del 12 al 13 de mayo los nuevos contagios aumentaran un 60 % hasta la cifra récord de 2.660, la mayoría en la capital.

Este avance obligó al Go­bierno a decretar desde el pasado viernes una estricta cuarentena de al menos una semana en el área metropo­litana de Santiago, una me­dida que afecta a cerca de 7 millones de personas y que había sido descartada des­de que se detectó el primer caso de COVID-19 en el país el pasado 3 de marzo. “Sal­vo alguna excepción de al­guna comuna (barrio), lo probable es que se renueva por una semana más esta cuarentena para cumplir al menos 14 días”, dijo el mi­nistro.

A diferencia de otros paí­ses de la región con menos casos como Argentina o Co­lombia, el Gobierno de Chi­le rechazó desde el inicio decretar el confinamien­to nacional y cerrar total­mente la economía y optó por cuarentenas “selectivas y estratégicas”, con restric­ciones que se imponen y se levantan en cada comuna o ciudad en función de los nuevos contagios.

Chile sí se encuentra ba­jo estado de excepción, con toque de queda nocturno desde mediados de marzo, con colegios, universida­des y fronteras cerradas, así como la mayoría de los co­mercios que no sean de pri­mera necesidad.

La ocupación hospitala­ria a nivel nacional se ubica en torno al 81 %, pero en la capital la situación es más crítica y la ocupación ya lle­ga al 93 %.

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