Nuevo obispo de la Diócesis de La Altagracia será entronizado el 18 de julio
El nuevo obispo de Higüey, monseñor Jesús Castro Marte, designado la semana pasada por el papa Francisco, será entronizado en la cátedra episcopal de la diócesis de La Altagracia el próximo 18 de julio, durante una ceremonia litúrgica en la que participarán el nuncio apostólico, arzobispo Ghaleb M. Abdallah; los obispos miembros de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) e invitados extranjeros.
Se prevé la asistencia de autoridades y personalidades de la vida nacional, así como distintas representaciones de la Vicaría de Santo Domingo Norte, la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) y demás instituciones a las que pertenece el obispo Castro Marte, y alrededor de 150 sacerdotes y diáconos.
Monseñor Castro Marte sustituirá al obispo Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, quien había presentado hace tres años su renuncia a la Santa Sede, tras haber cumplido 75 de edad, tiempo que establece el código de Derecho Canónico para el retiro voluntario de los obispos católicos.
Castro Marte será el quinto obispo que presidirá el gobierno de la Diócesis de La Altagracia, desde que fuera instituida por el papa Juan XXIII, el primero de abril de 1979, mediante la bula Solemne est Nobis, en territorio que antes pertenecía a la Arquidiócesis de Santo Domingo. Su primer obispo fue Juan Félix Pepén Solimán (1959-1975).
Luego fue designado Hugo Eduardo Polanco Brito (1975), Ramón de la Rosa y Carpio (1995) y Nicanor Peña en 2004. Este último al momento de su designación se desempeñaba como Obispo de Puerto Plata.
Nuevo obispo de Higüey
Ordenado sacerdote el 13 de junio de 1995, el nuevo obispo de Higüey tiene un doctorado en Educación y cuatro maestrías en distintas universidades de Roma y España: tecnología educativa, historia, gestión de universidades y bioética, dos de ellas en la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad de San Carlos, entre otros diplomados y estudios especializados, títulos que se suman a su vasta experiencia pastoral y docente.
Desde que ingresó al Seminario en 1982, nunca dejó de estudiar. Pasé 10 años en el seminario, dos en el menor y ocho en el mayor. Tras ser ordenado sacerdote, realizó varias labores en distintas parroquias e instituciones. Pero el entonces cardenal López Rodríguez descubrió en él a un hombre para el gobierno de la iglesia, y lo designó Vicario General del clero (cargo que mantiene) y vicerrector del Seminario mayor, y más adelante rector de la UCSD.
Tras ser ordenado obispo en agosto de 2017, fue designado vicario episcopal de Santo Domingo Norte y continuó siendo rector de la UCSD, donde también es profesor de la maestría de Educación Superior. Es miembro de los comités de Ética y Científico de Cedimat. Y en la Conferencia del Episcopado es miembro de la Comisión Económica y Financiera; presidente de la Comisión Especial Obras Misioneras Pontificias y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral de la Salud, cargos que mantendrá desde su nueva diócesis.
Ha sido profesor a tiempo completo en la PUCMM de Ética, Filosofía, Historia de la Cultura, Historia Dominicana y Teología, y en el Seminario Pontificio Santo Tomas de Aquino de Historia de la Iglesia Universal, Historia de la Iglesia Latinoamericana e Historia de la Iglesia Dominicana.
Estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y Ciencias Religiosas en el Seminario Pontificio Santo Tomas de Aquino. Posee, además, una Maestría en Tecnología Educativa, en la PUCMM, 2009; una Especialidad sobre el Caribe, en la Universidad de Río Piedra, Puerto Rico, 2010; Máster en Historia Aplicada a la Educación, en la PUCMM, 2012; Máster en Gestión internacional de Universidades, en la Universidad Alcalá de Henares, España, 2014; y es Doctor en Educación AIU, 2015.
Ha sido profesor en la PUCMM (Ética, Filosofía, Historia de la Cultura, Historia Dominicana y Teología, 1996-2013); en el Seminario Pontificio Santo Tomas de Aquino, (Historia de la Iglesia Universal, Historia de la Iglesia Latinoamericana e Historia de la Iglesia Dominicana), 2011-201; docente y director espiritual del Politécnico Cardenal Sancha, 1997-1999.
El éxito en la carrera eclesiástica y académica a monseñor Castro no sólo le “cayó desde el cielo por voluntad del Espíritu Santo”, sino también le favoreció su condición humana, su disciplina y su sacrificio para formarse académica y pastoralmente.
Una de las cosas que ha aprendido en la iglesia es el trabajo en equipo, que no lo enseña la estructura eclesiástica, sino la gestión, pues gestionar y administrar un territorio es una ciencia. Sabe delegar funciones y creer en la gente.
Esta mueva designación como obispo de La Altagracia a monseñor Castro lo volvió a sorprender, como su primer nombramiento como obispo auxiliar de Santo Domingo. La primera vez dijo que nunca había pensado en eso y ahora tampoco. “Cuando me llamó el Nuncio me quedé mudo. Fue después que le dije que sí, porque a la iglesia, al Papa, al obispo, al superior, nunca se le dice no”.
Castro es un obispo acostumbrado a estar con su pueblo, mezclado con la gente y con sus sacerdotes, no le gusta ser jefe, sino servidor abierto al diálogo y escuchar a la gente. En actitud humilde y dialogante.
Muchos han manifestado que la llegada de monseñor Castro como pastor de la diócesis de Higüey constituye un momento providencial para dar un nuevo impulso que intensifique la labor de la iglesia en esa parte de la región este del país, especialmente la pastoral turística y de acogida a los miles de peregrinos que visitan durante el año el santuario nacional de La Altagracia, sede de la cátedra episcopal que le ha confiado el Papa Francisco.