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Por falta de un museo adecuado, la historia del béisbol dominicano tiende desaparecer

El béisbol de la República Dominicana está cada día perdiendo su historia debido a que no hay dónde el fanático dominicano o el seguidor del béisbol pueda conocerla.

El lugar ideal sería un museo completo, amplio, detallado, de todo el historial beisbolero dominicano, pero no existe tal, por lo menos hecho con estos fines, para albergar a todo el que ha pasado por el béisbol amateur, pequeñas ligas, profesional.

Existe un museo en San Pedro de Macorís, digno de ponderación, pero solo es para el pelotero petromacorisano en esencia, una iniciativa de la alcaldía de esta provincia para resaltar los aportes de los jugadores de San Pedro de Macorís al béisbol dominicano y profesional.

Existe otro lugar, pero es privado, la Casa Museo del Pelotero Dominicano, que recoge la historia un poquito más amplia sobre el béisbol, sus jugadores y hazañas tanto en el invierno como en las Grandes Ligas.

En ambos casos los lugares todavía no llegan a ser parte del engranaje de museos propios del gobierno central para la población.

Y esto deja mucho de qué hablar, porque, así como la historia existe desde el punto de vista social, económico, patriótico, también debe existir desde el punto de vista deportivo y más con el béisbol, que es el deporte rey de la República Dominicana, marca país reconocida en el mundo.

Todavía no se conoce algún proyecto que desencadene en un museo propio, estatal, completo, sobre el béisbol dominicano y la identidad de este deporte y su historia tiende a desaparecer y no ser conocida por la nueva camada de jóvenes seguidores del deporte seguidores del béisbol.

Es necesario que, sin perder tiempo, se construya un museo como los ya existentes en la Plaza de la Cultura, para que cuente de principio a la actualidad todo lo concerniente al béisbol de la República Dominicana, ya que este deporte tiene un papel, incidencia, preponderante en la economía del país.

Son más de 100 jugadores los que año por año participan en el béisbol de las Grandes Ligas y entre los mejores 10 siempre en cada temporada hay un dominicano y cuidado varios, por lo que el béisbol debe de ser mejor tratado, más respaldado, con garantías de que su historia perdure en el tiempo.

Hogar ideal

Los museos son parte importante de la cultura de cada país porque mantiene viva la historia, los antecedentes, los precedentes, los hechos que han llevado a la actualidad a ser el «Deporte Rey»

Sin un museo adecuado para contar la historia del béisbol dominicano, este deporte en algún momento se va a olvidar, porque no bastan los libros que se han escrito, que de hecho son pocos, para mantener la llama viva y el interés entre los seguidores del béisbol y del deporte alrededor del principal y primer pasatiempo multitudinario de la República Dominicana.

La historia del béisbol dominicano no puede desaparecer y esa es la tendencia, puesto que los veteranos van desapareciendo y con su muerte, también el béisbol.

En la actualidad pocos cuentan y rememoran los grandes hechos, hazañas, de los deportistas dominicanos en este deporte.

Si no hay un lugar que recopile todo lo concerniente a esta disciplina, la principal de la República Dominicana, en cualquier momento se perderán las realidades del béisbol dominicano y florecerán las incertidumbres, los récords, estadísticas y de la historia en sí.

EL MUSEO DEL JUGADOR PETROMACORISANO

Gracias a la preocupación de la Alcaldía de San Pedro de Macorís, en el mes de noviembre del año 2024 se inauguró el Museo del Pelotero Petromacorisano, y su objetivo es dar a conocer la historia del jugador oriundo de la provincia y sus aportes, aunque no dejan de resaltar uno que otro detalle sobre el béisbol nacional, como son los cinco inmortales en Cooperstown.

En siete meses, este museo ha recibido más de 25 mil visitantes, más de 4 mil extranjeros e innumerables Centros Educativos de la región y el país.

Su director, Werllyn Natera, logra en el espacio disponible, una exposición de memorabilia que pone a viajar en el tiempo a cada visitante.

«Nos preocupamos por contar la historia del pelotero petromacorisano, pero no dejamos a un lado en su totalidad a los demás jugadores, hay figuras que no se pueden obviar, como Juan Marichal», sostuvo.

Debido al espacio limitado, la exposición debe rotarse, pues, no caben al mismo tiempo todos los peloteros petromacorisanos y se hace necesario para lograr el objetivo principal de dar a conocer a todos los exponentes.

«Tenemos un área muy limitada, y tenemos que adaptarnos a la realidad. Este lugar fue una vez un cine, o un teatro, ahora tiene la historia del béisbol petromacorisano. Aquí cuidamos todo lo que hemos recibido de los peloteros de una manera especial, con mucho celo, y no hemos tenido problemas de ningún tipo», comentó Natera.

Además, hay reliquias, y el director Natera es un comprometido de cuidarlas; «Sammy Sosa nos mandó un cuadro desmontado de su marco, por su tamaño era necesario, que es una obra de arte de costo invaluable para el jugador y de alto precio en el mercado de las artes. Y es nuestro mensaje de bienvenida, nuestra invitación a que los jugadores nos concedan el honor de cuidar de sus cosas, al tiempo que las mostramos. Es una forma única de mantener viva cada carrera de nuestros peloteros. Si la dejan en sus casas se está perdiendo el mundo de conocer y revivir la vida deportiva de nuestros héroes del béisbol».

«Todavía ha peloteros que prefieren que se le dañen sus cosas, que desaparezca la historia, que los jóvenes no lo conozcan, porque se quedan con sus uniformes, guantes, bates, pelotas, trofeos, en vez de tener una parte aquí. Si cada uno dona al museo algo, el béisbol de San Pedro y de todo el país nunca se olvidará», expresó con énfasis Werllyn.

Y continuó diciendo, «aquí no se cobra por entrada, nos satisfacen las visitas, estamos abiertos a todo público. Los turistas son parte importante de la exposición, vienen en tour de las zonas hoteleras a conocer el béisbol petromacorisano. Eso es lo que queremos, que el país tenga presente a sus exponentes del béisbol. En algún momento necesitaremos un aporte económico de los visitantes, pero por el momento seguimos trabajando bajo la sombrilla de la alcaldía».

«Ustedes no se imaginan la cantidad de escuelas que pasan a visitar, y como los estudiantes salen maravillados de conocer épocas del béisbol que, si no la ven aquí, nunca sabrán que existieron. Porque tenemos héroes de todos los tiempos. En San Pedro de Macorís nació el primer jugador dominicano en las Ligas Negras y es posible que se considere el primer dominicano que jugó en las Ligas Mayores, don Tetelo Vargas en 1927. El lanzador Sijo Gómez en 1929, Horacio Martínez en 1935 igual que Enrique Lantigua», comentó Natera.

Y es que al reconocer las Ligas Negras como parte de las Grandes Ligas, todo cambia, aunque seguiremos diciendo que el primero en las mayores fue Osvaldo Virgil.

Al final del camino, la República Dominicana necesita con urgencia un museo que albergue todo el béisbol dominicano, tanto el invernal, el profesional en el mundo (México, Grandes Ligas en Estados Unidos, Venezuela, Panamá, Puerto Rico, Colombia, Europoa y Asia, etc) y el amateur o aficionado.