Las hipotecas variables se abarataron en 2024 al mayor ritmo en 12 años
Cada día laborable, en torno a las 11 de la mañana, un porcentaje salta a las pantallas con un nuevo dato: es el euríbor, el indicador más utilizado para calcular el precio de las hipotecas variables en España. Para algunos, los incondicionales que siguen su cotización sin pausa, suscritos a blogs, cuentas en redes sociales y grupos de Telegram donde no perderse nada de su evolución, la estadística supone un pequeño disgusto o una microdosis de alegría cotidiana. Aun cuando lo importante son las tendencias de fondo y no lo que sucede de un día para otro, cuyo impacto es mínimo. Otros, en cambio, prefieren distanciarse. Olvidarse de su existencia y toparse con la sorpresa —o el contratiempo— directamente en la cuenta corriente, cuando la cuota se actualiza y toca reformular, para bien o para mal, las finanzas familiares.