Lo inquietante de la cumbre de Alaska es que pueda salir algo
Lo único que no cabe esperar de la cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin, este viernes en Alaska, es que se anuncie un acuerdo de paz para Ucrania ni que Volodímir Zelenski o algún mandatario de la UE hagan acto de presencia. Todo lo demás queda al albur de lo que decidan, en un rampante ejercicio de imperialismo, un perseguido por el Tribunal Penal Internacional, acusado de crímenes de guerra, y un delincuente convicto (además de golpista in pectore). Siete años después de su último encuentro personal, Putin y Trump llegan a Anchorage no solo con propósitos distintos, sino también con diferentes apremios de calendario.