Putin provoca y amenaza
La respuesta de Vladímir Putin a las invitaciones de Donald Trump para que callen las armas ha tomado la forma de una peligrosa escalada. A los intensos y sangrientos ataques aéreos sobre zonas urbanas ucranias de los últimos días —que incluyeron el lanzamiento de un misil balístico sobre la sede del Gobierno en Kiev y causaron decenas de civiles muertos— se añade ahora la violación del espacio aéreo de Polonia, atacada este miércoles por un enjambre de drones. También se han encontrado en suelo polaco “restos de misiles de origen desconocido”, según el Ejecutivo de Varsovia. Como es habitual en este tipo de provocaciones, Moscú niega toda intencionalidad, pero nadie se llama a engaño en Bruselas ni, sobre todo, en el vecindario fronterizo con Rusia, ya acostumbrado a los frecuentes incidentes con vehículos no tripulados y cazas rusos, los cortes de cables submarinos y los episodios de guerra electrónica en aguas y cielos del Atlántico oriental. Esta, sin embargo, es la primera vez en que se produce una intrusión tan profunda y de tanta envergadura.