Los activistas en favor de Palestina toman las calles de Madrid e impiden el fin de la Vuelta a España
La Vuelta a España acabó antes de tiempo, sin podio y sin celebración. Un grito en defensa del pueblo palestino y puntuales brotes de violencia se impusieron sobre la carrera y la meta, el punto final, y previsible, después de tres semanas que han girado más alrededor de la política que del discurrir del evento deportivo. Todo comenzó con el rechazo a la participación en la prueba del equipo Israel-Premier Tech, que hasta el último día se ha mantenido en la carrera a pesar de las presiones a la organización, y al propio equipo, para que se retirara. Nunca ocurrió, y el remate fue esta caótica etapa en y por Madrid que finalizó con violencia, cargas policiales y sin ceremonia. Y que ha provocado una nueva tormenta política en el ya agitado ambiente nacional.