El apoyo de Sánchez a las protestas por Gaza en la Vuelta desata una batalla política
El inédito parón de la vuelta ciclista, una noticia de repercusión internacional que ha mostrado la fuerza de las protestas en España contra la masacre en Gaza, profundiza la distancia entre los dos grandes bloques de la política española. Las posiciones están muy claras. El Gobierno de PSOE y Sumar, y de forma muy inusual también el presidente, Pedro Sánchez, han optado por colocarse de forma nítida del lado de los manifestantes que lograron detener La Vuelta para protestar por la presencia del equipo Israel, financiado por un empresario muy cercano a Benjamín Netanyahu. El PP carga contra el jefe del Ejecutivo por esta posición y le llama “hooligan”, pero a la vez hace equilibrios para no quedar completamente del lado del primer ministro israelí y sus ataques indiscriminados sobre la población civil gazatí, que ya han dejado más de 65.000 muertos, buena parte de ellos niños.