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Estudio confirma a la ketamina como alternativa prometedora para tratar el dolor crónico

Las infusiones de ketamina en dosis bajas son seguras y notablemente eficaces en pacientes con dolor crónico, según uno de los mayores estudios en prácticas clínicas diarias que se publica hoy en la revista médica Regional Anesthesia & Pain Medicine.

El estudio dirigido por investigadores de los institutos neurológicos y de atención primaria de Cleveland Clinic analizó los datos de más de 1000 pacientes, lo que proporcionó pruebas cruciales para este nuevo enfoque terapéutico.

“Sabemos que millones de estadounidenses sufren de dolor crónico y esta investigación aborda las deficiencias críticas en el tratamiento del dolor, además de que representa un avance significativo en la mejora de la atención de pacientes que, de otro modo, habrían agotado todas las demás opciones de tratamiento”, afirmó Pavan Tankha, doctor en osteopatía y director médico de Comprehensive Pain Recovery en el Neurological Institute de Cleveland Clinic.

“Los resultados de la investigación representan un paso significativo hacia la mejora de la calidad de vida y pueden acelerar el acceso a esta opción de tratamiento para pacientes de todo el país”.

El estudio retrospectivo hizo seguimiento a 1 034 pacientes mediante un protocolo estandarizado de infusión de ketamina (0.5 mg/kg durante 40 minutos por cinco días consecutivos) y resultó en una tasa de adherencia del 86.1 %, lo que refuerza la posibilidad de aplicar el tratamiento de forma ambulatoria.

El protocolo ambulatorio de ketamina demostró una gran viabilidad, ya que más del 90 % de los pacientes completaron los cinco días de tratamiento. Los resultados se midieron utilizando la herramienta PROMIS de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) que evalúa la salud física, mental y social. Los pacientes informaron sobre notables mejoras en los síntomas de dolor y en la calidad de vida. Con el protocolo de ketamina, administrado dentro de un programa clínico integral para el dolor, se logró ayudar del 20 % al 46 % de los pacientes a mejorar de manera significativa su funcionamiento diario, su sueño y el control de su dolor.

Además, el 80 % de los pacientes regresaron para repetir las infusiones, lo que demuestra un beneficio sostenido y la satisfacción de los pacientes con el tratamiento.

“Este estudio proporciona pruebas del papel de la ketamina en el tratamiento del dolor crónico”, afirmó Hallie Tankha, doctora en Psicología Clínica del Primary Care Institute de Cleveland Clinic y coinvestigadora del estudio. “Esto concuerda con mi experiencia clínica como psicóloga especializada en dolor, ya que los pacientes suelen describir las infusiones de ketamina como algo que les ‘cambia la vida’”. “Me motivan los tratamientos que pueden formar parte de enfoques de atención integral, y este estudio demuestra que la ketamina puede aplicarse de forma segura y eficaz en entornos de tratamiento del dolor”.

Se realizó un seguimiento de los pacientes durante más de seis meses, lo que proporcionó pruebas a largo plazo de los beneficios sostenidos. Los datos mostraron mejoras que duraron hasta seis meses en la interferencia del dolor, la depresión y la función física, y casi la mitad de los pacientes mostraron una mejora clínica significativa en la ansiedad relacionada con el dolor.

La investigación demostró que la ketamina en bajas dosis era segura y tenía efectos mínimos secundarios. Un ejemplo fue que en muy pocas ocasiones se observaron las alucinaciones, principal efecto secundario. No se notificaron acontecimientos adversos graves en toda la muestra analizada. Las principales ventajas de la ketamina en dosis bajas son su bajo riesgo de tolerancia, la viabilidad de la administración ambulatoria y la ausencia de la necesidad de anestesia.