Ni elecciones ni cuestión de confianza
Las deliberaciones de Pedro Sánchez de este fin de semana, después de la imperiosa necesidad de dar respuesta política, ética y concreta al mazazo recibido por la presunta corrupción de quienes más confió en su partido, van en paralelo a las elucubraciones e hipótesis de decenas de dirigentes y cuadros del PSOE. La desolación es absoluta y ante tamaña crisis surge el grito desesperado de que “tome medidas”. Por su responsabilidad con el país y con su partido, va a adoptar decisiones muy meditadas, señalan en su entorno, sin aminorar un ápice su estado de consternación, aseguran. Sobre qué se debe hacer surgen las diferencias en las opiniones solicitadas.