Noticas

¿Nos deprime el calor extremo?

Es como un espectro infernal que nos abruma el cuerpo y nos aplana la mente. Su tórrida omnipresencia dota a la realidad de un velo hipnótico, casi irreal. Incluso en su versión más seca, tiene algo de vaporoso. Parece que el ambiente se espesara y nos moviéramos por él a duras penas (toda una paradoja sensorial, ya que el aire frío es más denso que el caliente). Cuando las temperaturas frisan o incluso superan los 40º, la vida se suspende y todo lo demás queda en segundo plano. Los telediarios arrancan con mapas teñidos de rojo y las conversaciones se llenan de adjetivos dramáticos: insoportable, horrible, inhumano. Se expresa por doquier el anhelo de que esto acabe cuanto antes.

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