Roberto Angel – La realidad de Nicaragua

Roberto Angel - La realidad de Nicaragua

Nicaragua, el país más grande América Central, con más de 6 millones y medio de habitantes, fue un gran referente de luchas sociales entre los años 70 y 80. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) formado como un grupo político-militar desde 1961, combatió decididamente la dictadura de Anastasio Zomosa y la dinastía familiar Zomosa, que por demás, habían gobernado el país durante varias décadas, logrando su derrocamiento en julio de 1979.

Entre los años de 1979 y 1983 el FSLN llegó al poder mediante una “Junta de Gobierno de Reconstrucción”, teniendo desde marzo de 1981 a Daniel Ortega como su coordinador. De inmediato se estableció una política de alfabetización masiva, hubo un enfoque hacia la mejora de los servicios públicos orientados en los sistemas socialista, marxista y leninista de la Cuba de Fidel Castro. Salud, educación, seguridad e igualdad de género se volvieron prioridad. Ya para 1983, se iniciaba la transición de un movimiento asociado a las grandes luchas sociales y de libertades del pueblo nicaragüense, a la conversión de un partido político. En el proceso de 1984, su candidato a la presidencia de la República Daniel Ortega, ganaba por vez primera, y con una abrumadora votación del 63%.

Para ese primer periodo gubernamental (1985-1990), y llevando a cabo su política de total intervención del estado, procurando la limitación del comercio privado —adoptando y replicando políticas socialistas europeas de la época— el gobierno de Ortega se enfrentaba a una fuerte contracción y decrecimiento económico, al aumento en los índices de pobreza y, consecuentemente, este pobre desempeño lo había expuesto a múltiples dificultades internas; la denominada “Contras”, contrarrevolucionarios o también autodenominados “Resistencia Nicaragüense” (un movimiento de insurgentes) con apoyo de EEUU, logró el cometido de despojar del poder al FSLN en las elecciones generales de ese año. De esa manera se iniciaba un período de 17 años de estabilidad democrática y política en el país con los mandatos presidenciales de Violeta Chamorro (1990-1997), Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2007).

El retorno de Ortega

Luego de su quinta postulación consecutiva por el FSLN y habiendo moderado su discurso hacia una línea más pacifista, más cercana a valores cristianos, acogiéndose a promesas de respetar la propiedad privada y los derechos civiles, Daniel Ortega regresó al poder, al ganar las elecciones del 5 de noviembre de 2006 con una escasa votación que no excedía el 38% de los votos computados.

Su retorno al poder vino acompañado de un grupo de reformas que han contribuido con el estado de desequilibrio que hoy sufre la sociedad nicaragüense. Para el 2007 la Constitución del país prohibía la reelección consecutiva y también optar por el cargo luego de permanecer dos mandatos en periodos distintos; logró al poco tiempo de su llegada que la Corte Suprema del país declarara “inaplicable” ese articulo referente a la reelección, esto permitió que se presentara en las elecciones de 2011; al reelegirse en 2012, logró otra modificación constitucional para que la reelección fuese indefinida en el país. Pudo así optar por un tercer periodo.

Otros males que afectan el desarrollo de Nicaragua, convirtiéndola en el país más pobre de Centroamérica es la limitación absoluta de las libertades públicas, control del aparato productivo por parte del gobierno, las crecientes denuncias sobre actos de corrupción administrativas, el rechazo de la comunidad internacional a la vulneración de los derechos humanos, etc.

Proceso del 7 de Noviembre

Previo al desafortunado y deslucido certamen electoral del pasado 7 de noviembre, con una abstención superior al 80%, el régimen de Ortega inició una casería desde el pasado mes de junio contra los posibles aspirantes presidenciales. Cristina Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Chamorro, fue la primera privada de liberad, posterior a ella, otros 6 aspirantes más fueron apresados con argumentos parecidos, no dejando a ningún potencial contrincante habilitado para las elecciones.

Esta es la realidad de la Nicaragua secuestrada por Ortega, Murillo y compartes, que hoy por hoy recibe el rechazo de las principales democracias del mundo. El gobierno del presidente Luis Abinader, en un comunicado a través de la cancillería de la República ha rechazado los resultados de esa elección, sumándose a un grupo de países y de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) quienes piden aunar esfuerzos para lograr a través de la vía diplomática cambios en la postura del gobierno ante este atropello que afecta la estabilidad democrática de la región.

Nicaragua, sumada a Cuba y Venezuela, representan en estos momentos los más oscuros anti valores humanos y políticos; el curso de los acontecimientos debe variar hacia mejor, eso esperamos los latinoamericanos que abogamos por la paz y la justicia social.

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