¿Por qué sacarle una cuenta de ahorro a un menor de edad?

La cuenta de ahorro infantil tiene el objetivo de enseñarle a los menores de edad la cultura del ahorro. Pese a ser un producto financiero destinado para los pequeños de la casa, el adulto responsable del menor debe contar con una historia financiera “positiva” como requisito para obtener la cuenta.

Además de presentar un documento que evidencie solvencia económica o estado de cuenta del padre, madre o tutor, se requiere su cédula de identidad, pasaporte o tarjeta de residencia, en caso de ser extranjero, y una copia del acta de nacimiento del menor de edad.

Los requisitos de apertura son iguales que los requisitos para abrir cualquier otro producto financiero, la diferencia es que el nombre del niño o niña estará asentado en ese producto, cuyo objetivo es que sea su mecanismo de ahorro para comprar algo por lo que ha guardado su “mesada” o retribución por colaborar en una actividad apta para su edad, explica Lía Vargas, asesora y coach de finanzas.

Vargas resalta que el producto es una herramienta para cultivar la cultura del ahorro que se identifica con el nombre del niño o niña, lo que les genera una sensación de posesión y compromiso. Lo recomendable no es utilizarla para guardar fondos propios del adulto, porque entonces perdería la naturaleza para la que fue creada.

Según el reglamento que rige las políticas de uso de productos financieros, son solo los adultos quienes pueden realizar transacciones en las entidades, por lo que los niños están excluidos de usar los servicios de las empresas del sector económico.

Sin embargo, la ley número 5897 sobre asociaciones de ahorro y préstamos para la vivienda establece en su artículo 27 que el menor que haya cumplido 14 años podrá efectuar directamente depósitos de ahorros y disponer de ellos libremente.

También, indica que podrá disponer de los montos que se hagan o hayan hecho a su nombre en cualquier tiempo. Pero los depósitos de ahorros hechos por los padres o tutores a nombre del hijo menor o del pupilo solo pueden ser retirados durante el ejercicio de la patria potestad o de la guarda, por el padre o por el tutor, siempre que estas modalidades se hagan constar en el contrato firmado antes de abrir la cuenta.

Para Vargas, la importancia de que las entidades de intermediación financiera cuenten con un producto de esta categoría es que funge como mecanismo de crear un acercamiento del niño con las instituciones bancarias para fomentar el ahorro y la formalidad financiera con los servicios de los bancos, asociaciones y cooperativas, entre otras sociedades de ahorro y crédito.

Tarjetas prepagadas

Cuando los menores tienen más de 13 años comienzan a aflorar la necesidad de independencia y la palabra aplica para el manejo de sus finanzas con la decisión de distribuir sus gastos y administrar el dinero que percibe de sus padres o tutores.

Durante esa etapa y hasta antes de cumplir la mayoría de edad (18 años en República Dominicana) las personas pueden utilizar las tarjetas prepagadas para enseñar al adolescente cómo usar ese tipo de producto que funciona igual que la tarjeta de débito.

La diferencia entre la tarjeta de débito y la prepagada es que no se necesita tener una cuenta para tenerla, por lo que es más sencilla y práctica para los jóvenes, quienes la pueden utilizar en establecimientos comerciales y cajeros automáticos para retirar dinero.

Lejos de otorgar una independencia del todo, los adultos pueden monitorear el uso que el adolescente le da al plástico y con qué frecuencia requiere dinero para sus actividades diarias.

Ese tipo de cuenta no es un producto de crédito como tal, pero puede servir como soporte de un flujo de ingresos constante que a largo plazo serviría de información para los agentes bancarios a la hora de que el joven requiera otro producto cuando cumpla la mayoría de edad como una tarjeta de crédito.