No es tarde para empezar: estrategias para un plan de ahorro
Ante el escenario económico convulso en el que vivimos actualmente, saber cómo administrar tu dinero y cultivar la cultura del ahorro se torna cada vez más trascendental para tener un respaldo financiero que garantice tu estabilidad y puedas cumplir tus objetivos.
¿Qué necesitas para comenzar? A continuación te compartimos 5 pasos para comenzar a organizar tus finanzas con propósito, de forma sabia y orientada a resultados positivos.
1. Análisis. Inicia con una reflexión sincera sobre tu vida financiera actual. Identifica cuáles son tus hábitos de consumo y manejo de tu dinero. Respóndete preguntas cómo: ¿Cumplo mis compromisos financieros a tiempo?, ¿Cuál es el estado actual de mis deudas, tengo la capacidad o la solvencia para hacerles frente?, ¿Llevo un presupuesto o me apego a mi presupuesto?, ¿Cuáles son mis ingresos mensuales? ¿Cuáles son mis gastos fijos mensuales?, ¿Tengo más de una fuente de ingreso?
Si tu respuesta ha sido mayormente negativa, es tiempo de poner el viento a tu favor. Esto nos lleva al siguiente paso.
2. Conocimiento. Una de las famosas frases de Abraham Lincoln reza que «El conocimiento es la mejor inversión que se puede hacer”. Si aplicamos esto al mundo de las finanzas ¿cuál sería el resultado? Entre otros aspectos positivos, tendríamos el poder de tomar mejores decisiones que harán nuestra vida más cómoda. Nunca es tarde para aprender a manejar mejor tu dinero, especialmente cuando ese conocimiento es más accesible que antes. Plataformas virtuales, como Finanzas con Propósito de Banco Popular, se han convertido en una herramienta de gran utilidad, que te enseñan cómo llevar a cabo una mejor planificación y a ser un mejor administrador de tu patrimonio para tener una vida financiera más sostenible.
3. Organización. Haz balance de tus finanzas. Inicia documentando la forma en que estás gastando el dinero. Con esto podrás tener una mejor visualización de cualquier fuga de dinero que haya pasado desapercibida y así aplicar los ajustes necesarios.
Inicia asentando las partidas designadas para el ahorro, el fondo de emergencia, plan de retiro, etc. ¿Cuáles gastos debes tomar en cuenta? Comienza con los gastos fijos: pago de la hipoteca o renta de tu vivienda, mantenimiento, servicios (agua, electricidad, internet, teléfono, etc.). Continúa con los gastos variables (alimentación, salud, actividades personales -compras, regalos, mascotas-, transporte, recreación). Designa otro bloque especial para las deudas que tengas acumuladas. En este renglón se incluyen las tarjetas de crédito, préstamo de vehículo, préstamos con el banco o prestamistas informales.
Ya con estos datos asentados ¿cuál ha sido el resultado? ¿Estás listo para el siguiente paso?
Habiendo hecho el análisis previo y determinado el estatus actual de tus finanzas, ahora toca reorganizarlas estableciendo un presupuesto que debes cumplir religiosamente. Evalúa qué actividades extras puedes hacer para incrementar tus ingresos. Si por el momento no puedes, haz sacrificios temporales para ajustarte a lo disponible y mantener la capacidad de pago de tus gastos fijos y deudas. Revisa los gastos hormigas, que son esas compras o gastos no planificados que con el tiempo pueden convertirse en una gran fuga de dinero; examina tu vida digital, qué se está llevando más de tu presupuesto y prioriza, reajustando planes o compartiendo gastos de suscripciones a servicios de streaming.
En tu presupuesto no debe faltar el renglón del ahorro. ¿Cómo comenzar el hábito? Míralo como una forma de pagarte a ti mismo primero. Coordina con tu banco para hacer una transferencia automática de tu cuenta de nómina a una de ahorros o cuáles instrumentos de ahorro pueden ser útiles para ti. De esta manera puedes ahorrar de forma sostenible en el tiempo.
4. Propósito. Ya estás encaminado a tener un mejor manejo financiero, ahora toca aplicarlo. Comienza haciendo tu presupuesto y apégate a él. Pero sobre todo, que tus finanzas tengan un propósito para que así puedas palpar los resultados y continuar creciendo. ¿Por dónde comenzar? ¿Reduciendo tus deudas? ¿Mejorar tu score financiero? ¿Crear un fondo de emergencia? Cuando tienes claro ese objetivo que quieres lograr, es más fácil identificar las acciones y la planificación que necesitas ejecutar para alcanzarlo.
5. Inversión. Nada mejor que hacer que tu dinero trabaje por ti, a través de las inversiones. Si tienes un ahorro, consulta con tu banco los productos financieros disponibles con fines de inversión. Para cada perfil hay uno que se adapta a sus necesidades. De esta manera, puedes multiplicar tus ahorros de forma más eficiente. Si aún no tienes un colchón para impulsar tus inversiones, plantéate invertir tu bono navideño en un fondo de inversión. Junto a tu agente de negocios (puesto de bolsa o AFI) determina el tiempo. Ponle un nombre a esa inversión, es decir, hazla parte de tus propósitos financieros: saldar el préstamo del carro, saldar las tarjetas de crédito, abonar al capital de tu préstamo hipotecario.
¿Ya estás listo para comenzar una nueva vida financiera?