Fondo de emergencia: ¿Es lo mismo que mi ahorro?

Ciertamente ambos conceptos pueden llegar a tener similitud, específicamente siendo el fondo de emergencias en sí mismo un modo de ahorro. La forma en cómo podemos apreciar sus diferencias, recae en factores cómo su propósito y utilidad. El fondo de emergencia y el ahorro representan dos enfoques que se deben llevar de manera separada, realizarlos de forma combinada nos puede ayudar a aumentar nuestros niveles de resiliencia ante las dificultades, y de éxito ante las oportunidades. 

Veamos sus características y diferencias de manera separada, para justamente poder apreciar sus bondades, y a la vez iniciar a conocer por qué es importante tanto ahorrar cómo tener nuestro fondo de emergencia. Para esto, hablaremos desde las perspectivas del qué, cómo, cuándo y dónde. 

Qué: Empecemos por el ahorro. Este tema seguramente lo has venido escuchando desde la infancia y continuarás conociendo durante tu vida adulta hasta que eventualmente te conviertas por igual en voceros de sus bondades. Ahorrar, en sencillas palabras, es destinar una cierta cantidad de dinero para colocar de manera separada al resto de aquel que tenemos disponible para gastar.

 

Cómo: Conocer la utilidad del ahorro nos permite saber su importancia. Sin embargo, saber cómo ahorrar es también otro factor decisivo, siendo de alta importancia no solo poder contar con recursos para cumplir nuestros sueños, sino realizarlo de la manera correcta. Una buena técnica a utilizar al momento de ahorrar es, siempre que no entre en conflicto con compromisos de alta urgencia, siempre págate a ti primero. Es decir, una vez hayas asegurado el dinero de los compromisos base, siempre procede a reservar el  dinero del ahorro, y a partir de allí procede a incurrir en los gastos adicionales que desees. 

 

Cuándo: Con relación a la frecuencia, se recomienda hacer una práctica de periodicidad mensual. Esto sin embargo puede variar dependiendo de la constancia en que se reciben los ingresos, y los compromisos económicos, e intereses de cada hogar. Proyectar el ahorro de manera mensual, te permite tener una mirada más clara en cuanto a eso a lo que decides destinar al ahorro, y cómo esto se compara frente a otras categorías dentro de tu presupuesto en relación a gastos recurrentes, necesidades e intereses. 

Dónde: Al momento de ahorrar, es crucial poder alojar el dinero en una cuenta separada a aquella a donde recibimos los ingresos y desde donde realizamos todos los pagos regulares. Lo ideal es poder tener una cuenta exclusiva, destinada únicamente para ello. La Supercuenta de Banco BHD te brinda la opción de descuento automático de tu cuenta principal por el monto que desees ya sea quincenal o mensual. Esta opción te permitirá medir en el tiempo cuánto efectivamente has ido aportando y también a desvincular los conceptos de ingresos, gastos y ahorros. 

Tener una cuenta que limite la facilidad o frecuencia con que retiras el dinero ahorrado, cómo por ejemplo una cuenta que sólo te permite retirar efectivo utilizando una libreta de ahorros versus una tarjeta de débito, puede ayudarte a ganar el juego. Esto último, debido a que mientras más difícil sea retirar los fondos, mayores posibilidades tienes de vencer las compras impulsivas, y por consiguiente de no tocarlos. 

Pensemos ahora en el fondo de emergencia, su importancia para nuestra tranquilidad financiera y cuál es su verdadera función. 

Qué: El fondo de emergencia es ese resguardo económico para las posibles incertidumbres y dificultades que todavía no visionamos. Es esa apuesta en el presente para la tranquilidad en el futuro, contemplando desde ya que sin importar qué podría pasar, estaremos un poco más preparados para afrontarlo. Crear tu fondo de emergencia te permite no solo hacer frente a las situaciones no planificadas, sino que además te da la oportunidad de vivir y disfrutar el presente con más tranquilidad.

 

Cómo: Crear un fondo de emergencias es una práctica sencilla. Para ello, es importante primero considerar cuáles son aquellos gastos que son obligatorios e innegociables dentro de tu presupuesto. Es decir, de encontrarte ante una situación de dificultad que te impida recibir los ingresos económicos a los cuales estás acostumbrado, ¿cuáles son los gastos que no puedes eliminar y que faltar a ellos podría traer consecuencias negativas?. Este ejercicio es crucial para que puedas identificar cuál es el monto que necesitas poseer, de manera mensual, para iniciar el camino a la tranquilidad.

 

Cuándo: Una vez identifiques el monto mensual, pasamos a la frecuencia; esto último es lo que realmente te traerá tranquilidad. Existen dos acercamientos al respecto: el primero es conservador. Te supone poder tener reservado al menos tres (3) meses, cómo mínimo, de ese monto que ya has delimitado. Esto te permitirá tener, en caso de alguna dificultad cómo falta de empleo o enfermedad, un colchón para al menos un cuarto del año para recuperarte. El segundo acercamiento es más futurista. Te supone tener reservado unos seis (6) meses de responsabilidades económicas cubiertas. 

Este segundo escenario es ideal para, además de permitirte estar cubierto por mayor tiempo, mostrar a las instituciones bancarias tu solidez y organización financiera, que pudiera servir como soporte a tus posibles proyectos, pero, siempre teniendo el fondo de emergencias solamente cómo respaldo, más no cómo caja chica.

Dónde: En relación a dónde alojar estos fondos, similar a cómo hacemos con el ahorro, el fondo de emergencia debe estar separado de la cuenta principal desde donde cubres tus responsabilidades económicas o desde donde financias tus viajes o actividades recreativas. Se recomienda que puedas tener una cuenta reservada para los fines, que te brinde la posibilidad de acceder a tus fondos en el momento en que lo requieras. Esto último para que ante cualquier situación, no solo tengas los fondos, sino también la disponibilidad para retirarlos cuando necesites. 

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 El poder observar ambos conceptos a través de estas vertientes te permite efectivamente reconocer de manera muy práctica sus características. En esencia, para diferenciarlas es importante considerar que el ahorro está orientado a tus metas: qué queremos lograr y hacia dónde queremos ir, por consiguiente qué necesito para alcanzarlo. El fondo de emergencia, en contraste, está orientado a los imprevistos: qué debo tener contemplado para respaldarme en situaciones que pudieran ser un riesgo. Ambas se gestionan de manera paralela, y a la vez funcionan excelentemente de manera complementaria. 

Ciertamente, el ahorrar de manera organizada, así cómo crear tu fondo de emergencias, te abre las puertas hacia una vida más plena y con propósito donde te permites brindarte a ti mismo la oportunidad de disfrutar más el presente, y de enfocarte en lo que realmente es importante. 

¿Qué esperas para empezar a cumplir tus metas? Empezar hoy es una inversión segura para tu tranquilidad de mañana.