Trillizos disfrutan de vivienda digna

Cuando hace dos años Hilda Contreras y Germán Vizcaíno se enteraron de que serían padres de tres niños, tuvieron un sentimiento de alegría, miedo y preocupación a la vez. Deseaban un hijo que fuera fruto de su amor, pero no estaban preparados económicamente para esa cantidad.

Desde principio del embarazo de Hilda Contreras, de entonces 26 años, se le dijo que eran mellizos y fue en la labor de parto cuando se enteraron de un tercer bebé. Germán Vizcaíno, de 27 años, no tenía empleo, ni siquiera cédula y junto a su esposa vivía en una casita de manera prestada con grandes brechas en una apartada localidad llamada Naranjo en el Distrito Municipal Mamá Tingo, en Monte Plata.

Diario Libre se enteró del caso por medio del comunicador Tony Valerio, publicó una historia y desde entonces comenzó a cambiar la vida de esta pareja, que comenzó a recibir llamadas y regalos y lo que fue motivo de preocupación se transformó en una bendición.

La entidad “Jompéame” se enteró del caso e inició una campaña para que esta familia tuviera un techo propio, luego de donaciones de manos generosas se ubicó un terreno en el kilómetro 20 de la carretera que conduce a Yamasá y allá se construyó su nuevo hogar junto a otras cinco soluciones.

Hoy Hilda y Germán viven en una casa sin brechas, de blockes y techada de zinc, con baño dentro, cocina, dos habitaciones y sala. Tienen agua permanente y el servicio de energía eléctrica.

Aunque ambos añoran su comunidad rural, han tenido que adaptarse a la vida de barrio, pero dicen que ha sido lo mejor para que sus hijos se críen en otro ambiente con más oportunidades que las que ellos tuvieron.

“Todo va bien gracias a Dios, realmente agradezco a cada una de las personas que aportó su granito de arena, realmente ha sido un cambio totalmente diferente, ha sido un poco difícil ese proceso, pero aquí estamos luchando y estaremos luchando”, dice Hilda mientras carga a uno de los idénticos trillizos.

Los hermanos Gael Alexander, Noel Alexander y Alexis Gael tendrán una segunda Navidad en condiciones dignas, distinta al ambiente de indigencia donde vivieron sus primeros meses. Ellos crecen fuerte y como a firma su madre, casi ni se enferman.

Cuenta Hilda que desde que Diario Libre publicó el caso recibieron muchas ayudas, entre las que citó estufa, nevera, cama, lavadora y hasta la leche de los tres niños la tenían asegurada. Dice sentirse muy agradecida de la gente que de manera solidaria colaboró para que hoy tenga su familia unida en un techo propio y digno.

“Me siento cómoda aquí, extraño mi campo, la familia que me podía ayudar con los niños, ahora uno quiere salir y no siempre puede y se le dificulta. Aquí nos hemos encontrado con personas difíciles, pero también con otras que son muy buenas que nos han ayudado”, dijo.

Pero esta familia no solo tiene techo propio, sino que sigue recibiendo manos solidarias como ha sido el apoyo del doctor Roberto Herrera, quien se ocupó de regalarle la leche a los niños durante casi los dos años y como pediatra le da seguimiento a su salud.

Este hombre, considerado por Germán Vizcaíno como un ángel, además de darle la leche a sus hijos, le ayudó para que obtuviera su cédula y luego le consiguió un empleo donde se gana la vida y mantiene a su familia.  

“En verdad nos hemos sentido bien, gracias a la ayuda de todos ustedes. La cédula fue el doctor Roberto Herrera, de Corazones Unidos, después que el vio la noticia en Diario Libre nos ayudó con la manutención y él me dijo que si quería un trabajo y le expliqué que no tenía documento y el me ayudó con alguien que conoce en la Junta en la Feria y consiguió los documentos y me consiguió un trabajo con un hijo de él. En verdad eso me hacía falta, un empleo, no es lo mismo uno chiripear y conseguir 500 pesos a veces que tener un empleo, yo quiero mucho a ese doctor”, dice Germán.

Agradece a Jompéame, a Diario Libre, al doctor Herrera y a muchas otras personas que los ayudaron para que hoy su familia viva en mejores condiciones. «Nos sentimos bien porque es importante tener un hogar propio y un empleo, estamos bien gracias a Dios y a ustedes, Jompéame nos hizo la casa totalmente gratis, tenemos agua en una cisterna y luz…gracias a Dios primero, y a cada uno de ustedes por su trabajo, hoy estamos bien en nuestra casa”, dice Germán mientras sonríe.