Esposos demandan ayudar para terminar vivienda
Juan Mota y Monsa Severino son una pareja de esposos adultos enfermos que viven en una casa destartalada en la localidad de El Naranjo del Distrito Municipal Mamá Tingó, provincia Monte Plata, y se la pasan mirando hacia el cielo porque desde que ven alguna nube gris comienzan a preocuparse debido a que cuando llueve su casa se moja.
El, exempleado del Ayuntamiento, hace tiempo que fue desahuciado porque le dio una trombosis y le sugirieron que se operara de la cabeza, pero no quiso. Como tenía esa dificultad y otras física, como una hernia, lo mandaron para su casa sin un centavo a pesar de haber trabajado muchos años en la Alcaldía.
Cuando podía compraba algunos blockes y comenzó a construir su casa, pero como ya no consigue ni para comer tuvo que parar la obra y ahora no puede continuar, por lo que apela a las almas sensibles para que les den una mano.
La única entrada que tiene es la tarjeta “Supérate”, pero es muy poco lo que puede comprar con ella y cuando la agota, comen porque vecinos les dan algunos plátanos, yuca y así se mantienen. Tiene siete hijos, pero uno solo le ayuda con lo poco que puede.
La cena de Nochebuena la ve difícil porque no tiene con qué prepararla, pero mantiene la esperanza de que “algo aparecerá” y si no, está preparado junto a su esposa para comer lo que consiga o le den o se acostarán hambriento ni no aparece nada.
Pero a Juan no le preocupa tanto la comida, sino que en esta Navidad desde el Gobierno o cualquier persona que pueda, le ayude a terminar su” ranchito” como le dice.”
“Le pido al Gobierno que me dé una ayuda, la estufa no sirve, no tenemos una nevera, tenemos una chiquita que me la prestaron, mire usted las condiciones en que vivimos, eso se nos está cayendo encima y yo sin poder hacer nada, porque también tengo problemas en un testículo”, relató.
Por suerte, tiene el seguro Senasa subsidiado, pero muchas veces no tiene ni el pasaje para ir al médico y mejora su salud con remedios caseros.
Monse, su esposa tiene una mano que no le sirve para nada. Sufrió un accidente y sus dedos se contrajeron además de otros achaques. “Nosotros no vamos a tener cena de Nochebuena, será un milagro de Dios porque el que no trabaja no tiene ni doble ni nada, solo la tarjetica”, dice la señora visiblemente afectada.
A pesar de su condición de salud y de las malas condiciones en que vive, dice sentirse bien porque tiene la gracia de Dios. “Me siento bien, uno no puede desconfiar de Dios…yo le pido al presidente que me dé una ayuda. Necesitamos arreglar la casa, estoy viviendo mal, nos mojamos cuando llueve tengo que poner poncheritas porque se me moja todo”, dice.