Cárceles dominicanas: Mas del 80% de los reos están enfermos

El 82.5 % de la población carcelaria en República Dominicana padece de alguna enfermedad, de los cuales el 33.9 % sufre de al menos un problema de salud, el 29.3 % de dos; el 14.2 % de tres, mientras que el 5.1 % de más de cuatro, según un estudio presentado por el Defensor del Pueblo.

De acuerdo con este informe, la condición de salud “es precaria”, a pesar de que en los centros de detención los reos tienen acceso a personal de salud que brinda este tipo de atención, sobre todo en las cárceles del nuevo modelo.

En una rueda de prensa organizada por Pablo Ulloa, Defensor del Pueblo, este jueves, además de mostrar dicho informe, destacó algunas situaciones que aqueja el sistema de salud de las cárceles, como que la enfermedad más predominante en los reclusorios son los problemas cardíacos (31%). Asimismo, hizo un llamado de atención para que se le de atención inminente a esta problemática.

Destacó también que, de acuerdo con la investigación, el 30 % de los privados de libertad padecen enfermedades oculares, el 25 % de enfermedades de células falciformes y un 20 % padece problemas de salud mental.

El informe también señaló que un 10 % sufren de enfermedades renales, 8 % de diabetes, 5 % de Tuberculosis y 3 % se VIH, “siendo un dato alarmante que de la población penitenciaria la mitad no recibe atención”.

“En nuestro recorrido por las cárceles hemos visto la falta de atención y de condiciones para tratar temas fundamentales como la salud de nuestros internos” puntualizó.

Delitos desde las cárceles

Ulloa también comentó sobre la falta de seguridad en los reclusorios, lo que da cabida a que los privados de libertad incurran en crímenes desde la penitenciaria.

“No podemos continuar con cárceles que sean laboratorio de delitos y que sea bajo la supervisión o tutela de las autoridades y que los delincuentes continúen operando por falta de atención y condiciones de los recintos” expuso Ulloa.

Además, indicó que en las cárceles hace falta tecnología de vigilancia y “arcos de control de armas de fuego” para disminuir los riesgos de comisión de delitos dentro de los recintos.