Restaurante improvisado en plena calle en urbanización Galá

La ciudad de Santo Domingo carece de una buena gestión de los espacios públicos, lo que se puede evidenciar con los «padres de familia» dedicados al motoconcho o en el desorden en los alrededores de las paradas del metro más concurridas, como la María Montez, Mamá Tingó o la Concepción Bona.

Este desorden urbanístico sigue tomando terreno en una ciudad ávida de planificación. Un ejemplo de esto es lo observado por Diario Libre este jueves: un restaurante improvisado en plena calle, que agudiza los tapones en horas pico y que pone en peligro la vida de los comensales que se arriesgan a sentarse en los bancos colocados en la vía. 

El restaurante funciona en horas de la tarde en la calle Central de la Urbanización Galá y sus propietarios también utilizan la acera para cocinar a la parrilla las carnes que ofertan en su menú.

La calle Central consta de un carril para cada sentido y es utilizada como desahogo en las horas pico por los conductores que transitan por las avenidas John F. Kennedy y la Buenaventura Freites.

Según narraron personas que utilizan esta vía para llegar a sus destinos, el negocio está funcionando desde hace más de dos meses, sin que ninguna autoridad haya reaccionado.

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Así luce el espacio del resturante improvisado. (DIARIO LIBRE)

Lo que dice la ley

Las aceras son los espacios públicos reservados para la movilidad urbana de los ciudadanos en todos los municipios. Su construcción, mantenimiento y preservación es competencia de los ayuntamientos, según establece el artículo 19, literal G, de la Ley 176-07, del Distrito Nacional y los Municipios, que los manda a construir y conservar aceras, contenes y caminos vecinales. La construcción de esos espacios públicos se rige por normas establecidas por los cabildos.

  • El buen uso de esas áreas establece que no pueden ser obstaculizadas con basura o por vendedores ambulantes, porque imposibilitan la libre movilidad de los ciudadanos.
  • El cuidado de esas reglas está a cargo de la dirección de Defensoría del Espacio Público de los cabildos, que podría aplicar sanciones, de orden administrativo a los violadores de esas normas.
  • Aunque existan las reglas, en muchas calles y avenidas del Gran Santo Domingo y algunos pueblos del interior es muy común ver cómo vendedores se adueñan de las aceras, obligando al peatón a arriesgar su vida caminando por las calles y avenidas.