Canadá dice no se hará nada sin contar con haitianos

El representante de Canadá ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas apuntó que «no se hará nada» sin contar con los planes de seguridad internos de la Policía Nacional de Haití, de su gobierno y de la comunidad política y civil del país caribeño, que actualmente atraviesa por una grave crisis.

«Las soluciones tienen que ser de tutoralidad haitiana», expresó Bob Rae, embajador de Canadá ante las Naciones Unidas, durante su intervención este miércoles en la reunión convocada para tratar la situación de crisis social y política de Haití.

Rae aseguró que el Grupo Consultivo Especial sobre Haití está trabajando con la Policía de Haití y «se han planteado propuestas» para mejorar las capacidades del cuerpo policial haitiano, al tiempo que valoró de manera positiva la colaboración de la comunidad internacional al fondo colectivo para Haití.

«La comunidad internacional únicamente puede ayudar si reconocemos que el enfoque pasado no ha funcionado, no ha sido sostenible, ni duradero, ni ha logrado los cambios que se han necesitado», consideró sin mencionar en ningún momento de su intervención la posibilidad de congregar alguna fuerza internacional para enfrentar a los grupos criminales dentro de Haití.

Sobre las acciones de los grupos armados, señaló: «Esto no puede continuar. No es una teoría política, es una realidad. Y si no podemos resolver esta situación, no vamos a poder resolver los demás aspectos». 

Corrupción no enfrentada

En su intervención, el representante canadiense ante la ONU expresó la necesidad de que Haití enfrente las consecuencias de la corrupción en Haití, una situación que sostuvo, ha sido ignorada por la comunidad internacional.

«Todos cometimos el error al dejarle de prestar atención al impacto gravísimo de la corrupción» en Haití, expresó Bob Rae, embajador de Canadá ante las Naciones Unidas durante su intervención este miércoles en la reunión convocada para tratar la situación de crisis social y política que atraviesan los haitianos.

Consideró que aunque las sanciones son un mecanismo importante y hay que apoyarlas, no son suficientes. «Haití tiene que tomar medidas contra el daño que ha generado la corrupción».

En octubre pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU estableció un régimen de sanciones a las personas y los grupos responsables de la actual violencia que impera en Haití. Las sanciones incluyen un embargo de armas, congelación de activos y prohibiciones de viaje.

En el documento se menciona específicamente al líder pandillero y expolicía Jimmy “Barbecue” Chérizier, cabecilla de la coalición Familia G9 y Aliados.

A raíz de esta resolución, Estados Unidos y Canadá impusieron sanciones económicas contra políticos haitianos, por presuntamente brindar apoyo financiero y operativo a las bandas armadas que amenazan la seguridad. 

Hasta el momento, los dos países norteamericanos han sancionado a ocho políticos haitianos, incluidos un expresidente, dos ex primeros ministros y dos senadores en ejercicio, uno de los cuales es el presidente del Senado de Haití, a quienes se les congelará cualquier activo que tengan en el país sancionador, no podrán realizar transiciones en ellos y los ciudadanos de esos países tampoco pueden hacerlo, dentro o fuera del territorio.

A principios de este mes de diciembre, Canadá informó sanciones contra al empresario haitiano de origen judío Gilbert Bigio, fundador del GB Group que en 2012 adquirió los activos de Chevron Texaco en República Dominicana, Jamaica y San Martín; junto a los también empresarios Reynol Deeb y Sherif Abdallah, por supuestamente brindar apoyo financiero y operativo ilícito a las bandas armadas de Haití que aterrorizan a la población y han precipitado la crisis humanitaria.