Conmemoran 53 aniversario ametrallamiento de trabajadores, acción criminal perpetrada por policías y militares en la que murieron tres obreros y un estudiante

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PUERTO PLATA. -El presidente del Sindicato de Estibadores Portuarios y Arrimo (SINEPOA), Lisandro Cabrera, proclamó que el 31 de marzo de 1970 está marcado en los anales históricos de la lucha sindical como una fecha de tristeza, pena y heroímo.

Cabrera recordó que efectivos del Ejército, la Marina y la Policía ametrallaron a mansalva y sin justificación a los obreros y sus acompañantes tras concluir la multitudinaria concentración en rechazo a la mecanización del embarque del azúcar por el puerto local.

Señaló que la sangrienta acción policíaco militar ocasionó la muerte de los trabajadores Severo Pascual, Carlos Almonte (Papito), Santo López y el estudiante Tomás Schwerer (Pumpo) y 17 obreros sufrieron heridas de balas en distintas partes de sus cuerpos.

La actividad que evocaba el 53 aniversario de ese criminal acto perpetrado por fuerzas castrenses y policiales al servicio del gobierno represivo y criminal del doctor Joaquín

Balaguer se inició con una misa en el local del SINEPOA, oficiada por el diácono Miguel Almonte.

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Al culminar el oficio religioso en favor del descanso eterno de los acribillados a tiros, se realizó una caminata encabezada por abanderados del liceo José Dubeau que transitó las calles Salomé Ureña, Imbert, Mártires Portuarios y avenida presidente Francisco Alberto Caamaño, hasta el espacio elegido para recordar la sangrienta tragedia.

El acto incluyó el Himno Nacional y el discurso del presidente de la Asociación de Marino Mercante, Domingo García, que representó al vicepresidente del gremio portuario, Alberto Echavarría (Berto), que no asistió por motivo de enfermedad.

También agotaron turnos del dirigente gremial Antonio Espinal, que fue uno de los 17 heridos, quien evocó la bochornosa acción de las fuerzas castrenses y policiales al servicio del primero de los tres gobiernos de  los 12 años de Joaquín Balaguer y Carlos Quiroz, hijo de Carlos Almonte, uno de los muertos, que habló a nombre de las familias de las víctimas.

La actividad. a la que asistieron los sindicalistas Pablo Castillo, Julio Sandoval, Olivo Rodríguez, el ex diputado Alfonso Crisóstomo y otras figuras, culminó con una poesía propicia para la ocasión, declamada por Gilberto García y un verso del poeta mejicano Juan de Dios Pesa, titulada: “Revoluciones vienen, revoluciones van y los obreros nunca tienen pan”, por el moderador del evento Manuel Gilbert.