Claves para prevenir y calmar la tos nocturna

La prevalencia anual de la tos en la población, síntoma común de diversas patologías y alergias, oscila del 10 % al 30 %, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Calmar la tos nocturna es el objetivo del Decálogo elaborado por el Grupo Cinfa.

La tos es un acto reflejo protector cuya función es expulsar los cuerpos extraños o secreciones que puedan irritar los bronquios, tráquea o laringe como impurezas, gases, el humo del tabaco, los gérmenes, el aire excesivamente frío o caliente o trozos de comida.

Como explica el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “aunque constituye uno de los motivos más habituales de consulta médica, este síntoma no es motivo de alarma en la mayoría de los casos, especialmente si es aguda, es decir, menos de 4 semanas de duración. No obstante, como en función de su frecuencia o intensidad existen muchos tipos de tos, puede ser muy molesta e impactar en gran medida en la calidad de la vida de quien lo padece”.

Entre las causas más habituales de la tos aguda se encuentran las infecciones de las vías respiratorias altas, como los resfriados, la faringitis, la bronquitis aguda, también la neumonía, la reagudización de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el goteo postnasal, consecuencia, por ejemplo, de una sinusitis. Y entre las patologías que pueden derivar en tos crónica se halla la bronquitis crónica, el asma bronquial, el reflujo gastroesofágico (ERGE) y también el goteo postnasal. Igualmente, diversos tipos de alergias pueden provocar tos de distintas características.

Tos nocturna: por qué se tose más de noche

Por otra parte, “la tos nocturna -señala el doctor Maset- puede percibirse como más molesta o dar sensación de más intensa al encontrarnos en un periodo de descanso. También suele parecernos que aumenta o va a peor, ya que la posición horizontal que adoptamos cuando dormimos lleva a que las vías aéreas superiores, como la faringe, se estrechen, y a que la secreción se acumule en el fondo de la garganta, pudiendo desencadenar un acceso de tos”.

“En cualquier caso, este síntoma dificulta un descanso nocturno reparador, lo que puede mermar la capacidad de recuperación natural del organismo, especialmente cuando la tos es consecuencia de una enfermedad. Por tanto, la falta de un sueño reparador puede agravar, empeorar o cronificar esa dolencia”, apunta el experto.

Igualmente, la falta de sueño derivada de la tos constante durante la noche puede provocar disminución de la concentración e irritabilidad por el día, así como menor energía física, fatiga y alteraciones del comportamiento y de las emociones.

Existen factores ambientales, como la humedad del dormitorio, que pueden influir en la intensidad de la tos durante la noche.

“Tanto las altas temperaturas propias del verano como el uso de la calefacción durante el invierno pueden provocar que la atmósfera de la habitación se reseque. En este caso, medidas como evitar la calefacción elevada y usar un humidificador en el dormitorio pueden contribuir a que la tos nocturna sea menos intensa”, añade el doctor Maset.

Consejos para controlar la tos durante la noche:

  1. Mantén la humedad de la habitación, al menos, al 40 %. Un ambiente seco irrita las vías respiratorias y agrava la tos. Consulta con el profesional sanitario sobre la posibilidad de utilizar humidificadores de vapor frío y, en invierno, no abuses de la calefacción.
  2. Eleva la cabecera de tu cama. O, en su caso, de la cuna o cama de tu hijo o hija. Ello facilitará el paso del aire por las vías aéreas y evitará el goteo postnasal. También puedes usar una doble almohada o un cuadrante bajo esta para incorporar levemente tu cabeza.
  3. Realiza lavados nasales antes de acostarte. Lavar con agua de mar o suero fisiológico tus fosas nasales puede ayudarte a mitigar la tos y, por tanto, a facilitar el descanso.
  4. Toma caramelos de miel o hierbas para suavizar la garganta.  En cambio, no recurras al mentol, pues se trata de un agente irritante.
  5. Bebe al menos dos litros de agua al día.  Este hábito te permitirá mantener hidratadas y húmedas tus vías respiratorias. Además, en caso de tos con expectoración, ayuda a hacer el moco más fluido y, por tanto, a expulsarlo con más facilidad. Además de agua, puedes tomar zumos, caldos e infusiones. Resulta especialmente beneficioso que lo hagas antes de irte a dormir.
  6. En caso de un ataque de tos, respira profundamente y traga saliva.  También puedes beber agua que no esté fría o, si es posible, una bebida caliente con una cucharada de miel.
  7. Evita los espacios con humo.  El humo es un irritante que estimula la tos. Tampoco fumes y pide, cuando sea necesario, que otros no fumen a tu alrededor.
  8. En caso de tos intensa, busca ayuda profesional. Si la tos te impide descansar y especialmente si hay síntomas como fiebre, dificultad para respirar o expectoración no transparente, puede ser necesario que solicites cita en tu médico de cabecera para que te diagnostique adecuadamente y te prescriba el tratamiento más conveniente. Si la tos es derivada de un catarro o una alergia estacional puedes acudir a tu profesional farmacéutico para que te aconseje una solución adecuada.
  9. Si eres alérgico, presta atención a los alérgenos.  Por ejemplo, cuando los niveles de polen estén muy elevados, intenta salir lo menos posible y mantén las ventanas cerradas. Si, en cambio, eres alérgico al polvo, asegúrate de mantener bien ventilada la habitación y de limpiar el polvo de las superficies con un paño húmedo.
  10. En caso de padecer ERGE, contrólalo. La enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) puede generar irritación en la garganta y tos, especialmente durante la noche. Además de acudir al médico para que te ayude a controlarla, evita los alimentos que te provoquen ardor, como los ricos en grasas o los picantes. Asimismo, evita las comidas copiosas, sobre todo durante las cuatro horas anteriores a irte a dormir.

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