Haití: un tema de preocupación en la política exterior RD

La situación de inseguridad e inestabilidad en el vecino país seguirá siendo un desafío para la nación durante el 2024

La situación de inestabilidad política, social y económica que aún persiste en el vecino país de Haití sigue siendo el mayor desafío que tendrá que enfrentar la República Dominicana en lo que respecta a política exterior en el venidero 2024.

La República de Haití, que se mantiene sin presidente y dominada por las bandas armadas, todavía espera la intervención y la ayuda internacional, pero mientras tanto, la República Dominicana tiene la tarea de seguir implementando sus acciones para la protección de su soberanía en su condición de nación vecina, por compartir la misma isla y tiene que apelar a los organismos internacionales para la intervención inmediata en el vecino país.

Por un lado, Haití espera el despliegue de la fuerza multinacional con el envío de 1,000 policías de Kenia que serán desplegados para ayudar a la Policía Nacional Haitiana en temas de seguridad y esto ya cuenta con la aprobación del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pero, en lo que esto se materializa, la República Dominicana tendrá que seguir moviendo sus teclas en el área de la diplomacia para evitar que los problemas internos de Haití repercutan en territorio nacional.

Un 2023 de tensiones y de medidas drásticas

En este 2023 que casi finaliza, la República Dominicana ha tenido que hacer frente a varios episodios con la vecina nación que ha llevado a las relaciones diplomáticas y comerciales a un nivel de tensión que aún no mejora del todo.

Las relaciones entre la República Dominicana y Haití llegaron a su punto más crítico cuando en el pasado mes de septiembre, empresarios y políticos haitianos decidieron retomar la construcción de un canal sobre el transfronterizo río Dajabón o Masacre para hacer una derivación de las aguas compartidas, con la oposición del Gobierno dominicano. La construcción de esta obra tuvo sus primeros intentos en 2021, pero luego de varias reuniones entre ambas naciones se detuvo en ese momento.

El reinicio de las labores de construcción del referido canal y la insistencia de llevarlo a su término provocó que el Gobierno dominicano tomara medidas drásticas desde el 15 de septiembre de 2023 que incluyeron, entre otras decisiones, el cierre total de la frontera por aire, mar y tierra. Igualmente, suspendió las actividades comerciales, detuvo los visados a nacionales haitianos y la entrada a territorio dominicano de manera definitiva a los políticos y empresarios involucrados en este proyecto.

El cierre de la frontera y la paralización de las actividades comerciales entre ambos países han desencadenado una serie de hechos con los que, de acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana (Mirex), se ha hecho una “flagrante violación al territorio dominicano”.

Entre estos está el ocurrido el pasado 7 de noviembre en el perímetro de la verja fronteriza en territorio dominicano, cerca del canal que construye Haití en el río Masacre-Dajabón, donde un grupo de haitianos realizó una manifestación con quema de neumáticos e intentaron cavar una zanja para impedir que el Ejército de República Dominicana patrullara en la zona.

Al día siguiente, el 8 de noviembre, otro suceso alarmó a las autoridades dominicanas cuando unos haitianos intentaron remover la pirámide número 13 que marca límites fronterizos entre República Dominicana y Haití. Los dos hechos referidos anteriormente, hicieron que el canciller dominicano, Roberto Álvarez, pidiera a las autoridades haitianas ratificar las delimitaciones fronterizas basadas en los acuerdos de 1929, 1935 y 1936 y las emplazara a tomar control de sus nacionales.

Aunque no han ocurrido del lado dominicano, otros episodios han caldeado los ánimos entre los países, específicamente por el tema del mercado binacional que ha sido mínimo desde que se cerró la frontera en septiembre pasado, aunque ha habido flexibilizaciones. Tal es el caso ocurrido en la frontera a inicios de diciembre, específicamente entre La Vigía en Dajabón y la comuna de Ferrier, donde policías haitianos destruyeron mercancías a comerciantes dominicanos. Pero, en otro hecho también en la frontera por el paso de Dajabón y Juana Méndez, haitianos destruyeron una de las puertas fronterizas (del lado de Haití) en protesta a la negativa de su país para que se realice el mercado.

Se agregan a estos hechos los puntos fronterizos han tenido que ser reforzados por las Fuerzas Armadas y otras instituciones, a fin de evitar la entrada de haitianos de manera ilegal, porque estos abandonan su país por la situación de calamidad e inseguridad por la que pasan.

Una política de Estado, no de gobiernos

Consultado sobre los retos por delante de la República Dominicana de cara al 2024 en el ámbito de la política exterior, el catedrático y experto en temas internacionales, Iván Gatón, expresa que un elemento que el mundo actual ha estado enfrentando es el gran éxodo de personas alrededor del mundo, de lo cual no escapa la República Dominicana que lo vive con los vecinos haitianos.

Frente a esto, el experto comenta que el problema haitiano debe ser asumido por la élite política y económica como una política de Estado y no de gobierno.

“Lo primero es que nuestra elite política y económica debe asumir, comprender, hacer conciencia, de que los problemas que tiene el mundo no pertenecen a un gobierno. Me explico: cuatro años, ocho años, no le van a permitir a usted paliar situaciones como el problema haitiano. Eso es un tema de Estado, eso es política de treinta, cuarenta años. El mundo que siempre anda en una dinámica anárquica, eso no es un problema de un gobierno”, plantea.

Canciller: Tema haitiano es y ha sido parte esencial del interés nacional

En octubre de este año, al participar como orador en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana, el canciller dominicano, Roberto Álvarez, dejó claro que tanto para la política interna como para la política exterior, el tema haitiano “es y ha sido de importancia capital y parte esencial del interés nacional dominicano” y que por eso, en el plan de gobierno se ha perfilado una política que favorezca “la buena vecindad entre las dos naciones”.

En ese escenario, el canciller indicó que “la prolongada crisis haitiana y su impacto desproporcionado sobre el país han provocado cansancio y frustración de este lado de la frontera” y que “esa frustración subyacente es la que ha empujado a sectores sociales de uno y otro lado a convertir un diferendo puntual en símbolo de una relación disfuncional. Esto se ha agravado porque solo uno de los gobiernos de la isla es efectivo, no tenemos interlocutor válido del otro lado”.

Ha tocado en múltiples ocasiones al ministro de Relaciones Exteriores mantener el reclamo ante a la comunidad internacional para que se atienda el caso de inseguridad en Haití por esto representar “una carga onerosa para la República Dominicana”.

Relación con Estados Unidos

En otro aspecto de la política exterior dominicana se encuentra la relación con Estados Unidos, definida por el canciller dominicano “como decisiva” para la nación dominicana por tratarse del principal socio comercial, un aliado estratégico y el hogar de cerca del 20 % de los criollos.

En octubre pasado, el canciller dominicano expresó que, aunque el intercambio comercial ha aumentado y las relaciones se mantienen firmes, hay ciertos riesgos que se deben tener presentes con respecto a los nexos con Estados Unidos. En esa ocasión puntualizó que en la actualidad existen por lo menos cuatro líneas de investigación del Departamento de Trabajo y del Trade Representative en relación con las industrias agrícolas dominicanas, que pudieran tener consecuencias adversas para las exportaciones a ese fundamental mercado. Igualmente, mencionó que también gravita la amenaza sobre el sector arrocero, en vista del cronograma de desgravación del DR-CAFTA. Sobre este último aspecto, indicó que las autoridades dominicanas analizan las vías para proteger la industria arrocera local, que es un tema de seguridad nacional por ser un elemento esencial de la soberanía alimentaria.

Proyección internacional de RD

En cuanto a la proyección internacional de República Dominicana, el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene como uno de los aspectos centrales el fortalecimiento de las relaciones con los países de la Comunidad del Caribe (Caricom).

De acuerdo con los datos de la revista Mirex Cerca sobre los tres años de gestión de este gobierno, se menciona que durante este tiempo la República Dominicana ha aumentado su presencia diplomática en la región, se han firmado acuerdos en diversas áreas y el país ha participado en reuniones de alto nivel. Dentro de los planes, en materia de política exterior es seguir expandiéndose. Se han firmado acuerdos y declaraciones conjuntas con Canadá, Cuba, Bolivia, México, Israel, Guyana, Bulgaria, El Salvador, Guatemala, Kazajistán, Panamá, Surinam, Ecuador, República Helénica, Sudáfrica y se han establecido nuevas relaciones diplomáticas con República Islámica de Pakistán, Ruanda, Togo, Madagascar, Sierra Leona, Sudán del Sur.

Los tres ejes de la política exterior dominicana

Los tres ejes de la política exterior de la República Dominicana se basan en tres pilares. El primero es la protección de los dominicanos en el exterior que a la fecha, según el último registro sociodemográfico ascienden a 2 millones 835 mil 593 residentes en el extranjero; el segundo, el fomento de las exportaciones y atracción de la inversión extranjera; y el tercero, la defensa y promoción de los valores democráticos y los derechos humanos.

Actualmente, las relaciones con Haití y con Estados Unidos son las de mayor impacto político, social y económico por tratarse de los principales socios comerciales y por vínculos estratégicos.

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