¿Puede el carácter predisponer a la demencia? Cuáles son los rasgos de personalidad que la favorecen
Hay un misterio que devela a los científicos: ¿por qué algunas personas envejecen con un envidiable estado de lucidez mental mientras que otras se pierden en los laberintos del deterioro cognitivo? Hay muchos ejemplos de “superancianos” con memorias excepcionales para su edad, tanto en las llamadas Zonas Azules como en las grandes ciudades. Parece que a ellos el envejecimiento y sus riesgos de demencia no los alcanzan.
Recientemente, un equipo de investigadoresse dispuso a estudiar si el carácter y los distintos rasgos de la personalidad pueden influir en el deterioro cognitivo y la presencia de enfermedades neurodegenerativas.
Según la organización benéfica Race Against Dementia la demencia afecta el cerebro y provoca problemas de memoria, pensamiento y comportamiento. Al tratarse de una enfermedad progresiva empeora con el tiempo y lamentablemente no tiene cura. Si bien el Alzheimer es la demencia más conocida y representa la mayoría de los casos, existen al menos 200 tipos diferentes de esta enfermedad, cada uno con sus propios síntomas, causas y tratamientos.
Muchos factores pueden ocasionar alteraciones en la memoria y en el pensamiento. Según el nuevo estudio publicado en el Centro Nacional de Información Biotecnológica de los Estados Unidos ciertos rasgos de la personalidad se relacionan con el riesgo de padecer demencia a edad avanzada
¿De qué manera la personalidad incide en la salud del cerebro?
La tendencia a las emociones negativas pueden ser un factor precursor del deterioro cognitivo
El doctor Ricardo Allegri, jefe del área de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de Fleni (MN 63538) explicó a Infobae: “La publicación hace una revisión sistemática con un metaanálisis de aquellas publicaciones que estudian la relación de los rasgos de personalidad pre-mórbida (NdelR: Que precede al inicio de una enfermedad) y el diagnóstico de demencia.
Ellos encontraron que la extraversión y la actitud mental positiva mejoran el pronóstico y el neuroticismo y el afecto negativo lo empeoran. Si bien hay publicaciones que lo plantean, no encontraron una asociación consistente con la neuropatología”.
Es decir, que los investigadores encontraron que la extraversión, cuando una persona tiene inclinación hacia el mundo exterior, facilidad para las relaciones sociales y carácter abierto, junto a una actitud mental positiva favorecen la salud mental mientras que el neuroticismo y el afecto negativo no la promueven.
¿Qué es el neuroticismo? Es una tendencia general hacia las emociones negativas. “El término deriva del concepto histórico de neurosis, que se refiere a una forma de enfermedad mental que implica angustia crónica”, explican en Psychology Today.
Por otro lado, el afecto negativo es un “estado afectivo que se caracteriza por la existencia de sensaciones de estados emocionales aversivos, como nerviosismo, miedo, disgusto, culpa, ira, etc. El bajo afecto negativo es un estado de calma y serenidad”, según la Clínica Universidad de Navarra.
El neuroticismo es experimentar sentimientos de ansiedad, tristeza, preocupación, timidez, baja autoestima, culpa, irritabilidad e inestabilidad emocional. Este aspecto de la personalidad es factor de riesgo de la demencia (Imagen ilustrativa Infobae)
El doctor Allegri añadió: “Hay trabajos que refieren que el afecto negativo se asocia a la neuroinflamación, y respuesta inmune anormal, especialmente en individuos depresivos y no sabemos cómo todo esto juega en el deterioro cognitivo posterior, los resultados son controvertidos. Pero sí tenemos claro que el afecto negativo y el neuroticismo llevan a una menor actividad cognitiva, física y social, y estos últimos son predictores de deterioro cognitivo y posterior demencia”.
Por su parte, el doctor Alejandro Andersson, médico neurólogo, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires, INBA explicó a Infobae: “Este estudio analizó la relación entre los cinco grandes rasgos de personalidad, el bienestar subjetivo y la manifestación clínica de la demencia, frente al análisis patológico de la neuropatología, que está asociada con la demencia. Usaron los datos de ocho estudios independientes, 44.500 pacientes y lo que aplicaron fueron unos modelos de análisis estadísticos, probabilísticos, para examinar si los rasgos de personalidad y el bienestar subjetivo predicen las características neuropsicológicas y neuropatológicas de la demencia”.
¿Qué indicaron los hallazgos? “Sugieren que un alto nivel de neuroticismo y afecto negativo, así como la baja escrupulosidad se asocian con un mayor riesgo de diagnóstico de demencia a largo plazo. Y ¿qué emociones o sentimientos negativos caracterizan a una persona con un elevado nivel de neuroticismo? Esto es experimentar habitualmente sentimientos de ansiedad, tristeza, preocupación, timidez, baja autoestima, culparse por todo, ser irritable, vivir tensionado y sufrir una mayor inestabilidad emocional”, describió el neurólogo de INBA.
Cómo se hizo el estudio
La investigación analizó a las cinco grandes dimensiones básicas que conforman la personalidad. Estas describen las diferencias de comportamiento, sentimientos y pensamiento entre individuos de acuerdo al modelo propuesto por los psicólogos Lewis Goldberg y Warren Norman en la década de 1960. Estos son:
- Apertura a la experiencia: se refiere a las nuevas ideas, la creatividad, la curiosidad y el probar cosas nuevas.
- Responsabilidad: se relaciona con ser comprometido y ordenado.
- Extraversión: afecta a la sociabilidad y a disfrutar de la compañía de otras personas.
- Amabilidad: está conectada a la cooperación y la empatía.
- Neuroticismo o estabilidad: están vinculados a la estabilidad emocional.
Todos estos factores tienen una serie de características, y la combinación de los cinco define un perfil de personalidad individual.
El nuevo estudio investigó la relación entre los cinco rasgos de personalidad y el bienestar subjetivo (satisfacción vital) así como los síntomas clínicos de demencia (test cognitivo y neuropatología cerebral tras autopsia).
El objetivo de los científicos fue determinar si la satisfacción vital y las características de personalidad predecían el desarrollo de demencia.
El estudio finalemente concluyó que un alto nivel de neuroticismo, o sea, de inestabilidad emocional, junto con un bajo nivel de amabilidad y responsabilidad, son factores de riesgo para la demencia.
La apertura a la experiencia, a la creatividad, al juego y la satisfacción con la vida pueden ser armas contra la demencia en edad avanzada (Imagen ilustrativa Infobae)
Por otro lado, la investigación indicó que los altos niveles de amabilidad, extraversión y responsabilidad fueron factores de protección ante el deterioro cognitivo.
No se encontraron asociaciones consistentes entre los factores psicológicos y la neuropatología en la autopsia. Sin embargo, las personas que tenían un mayor sentido de responsabilidad que no habían sido diagnosticados de demencia mostraron en la autopsia un menor estadio de Braak (que define los cambios patológicos en el cerebro).
Según los investigadores, esto concuerda con hallazgos previos de individuos con una alta responsabilidad o con un bajo neuroticismo presentan resiliencia cognitiva. Esto quiere decir que tienen menor probabilidad de desarrollar síntomas de deterioro cognitivo y demencia, a pesar de que la neuropatología tras la autopsia demuestre hallazgos.
Expresó el doctor Andersson: “Justamente lo curioso de este trabajo, y por eso no está totalmente definido, es que ciertos elementos se asociaron con un mayor riesgo del diagnóstico de demencia, pero cuando pudieron hacer el análisis post mortem, o sea, ver el cerebro en el microscopio e investigar si era asociable a demencia con Alzheimer, etc., no se relacionó consistentemente esta neuropatología de la autopsia con la personalidad previa, o sea, los factores psicológicos no se vincularon de manera consistente con la presencia de la neuropatología post mortem, en la autopsia”.
Y agregó: “El trabajo es muy sólido en la conclusión de que el neuroticismo, la escrupulosidad, el afecto negativo están asociados con el diagnóstico de demencia en todas las muestras, medidas y tiempos. Por otro lado, sugieren un efecto protector de la apertura a la experiencia, al afecto positivo, la satisfacción con la vida para el diagnóstico incidente de demencia”.
Finalmente concluyó: “Si bien los autores no encuentran una estadística claramente significativa y una asociación con la neuropatología de la autopsia, los análisis revelan cierta evidencia de que estos factores psicológicos pueden actuar como predisposiciones que influirían en la neuropatología. Además, parece claro que hay factores que son orgánicos, genéticos y de la medicina general que también influyen.
O sea, si se es hipertenso, fumador, etc., la personalidad es un factor más que lleva en esa dirección, pero no es el único. Por lo tanto, el estudio no es completamente determinante y los investigadores concluyeron que se necesita un trabajo futuro para aprovechar estos hallazgos, tener más datos y ver hasta dónde llega su influencia”.
Los factores protectores de la demencia
Ante estos resultados de la investigación, queda claro que una actitud vital y positiva, apoyarse en los círculos sociales más cercanos, evitar el estrés y disfrutar del presente y de cada momento en la vida son formas de combatir el deterioro cognitivo. Pero ¿por qué estos factores favorecen la salud cerebral?
Explicó el doctor Allegri: “La revisión demuestra que la extraversión y la positividad protegen contra el deterioro probablemente por una actitud diferente frente a la vida que llevan al individuo a ser mucho más activo socialmente, tener más redes sociales positivas, practicar ejercicio físico regular y realizar más tareas estimulantes cognitivamente.
Todo esto protege a los individuos normales y mucho más a los que están en riesgo de demencia”, destacó.
El optimismo y la extraversión protegen contra el deterioro cognitivo porque llevan a las personas a ser mucho más activas socialmente (Getty Images)
Y sumó el médico: “Una actitud mental positiva, con objetivos a corto y largo plazo, sentirse bien, más actividad física y cognitiva, y una acción proactiva socialmente son claves y protectores a lo largo de toda la vida y mucho más en el envejecimiento.
En el año 2022 publicamos una revisión sistemática (Coelho-Junior et al. Front Med (Lausanne) 2022, 12:9: 877213) que mostraba que la alta espiritualidad tenía menor prevalencia de síntomas ansiosos y depresivos y finalmente una mejor salud mental”.
Em conclusión, el doctor Andersson resumió: “Concretamente, se sugiere un efecto protector de la apertura a la experiencia, el afecto positivo y la satisfacción con la vida para prevenir y atenuar la probabilidad de una demencia”.
Los hallazgos de distintas investigaciones en personas centenarias, entre ellos, los habitantes de las Zonas Azules, han encontrado precisamente los mismos rasgos de personalidad protectores que se sugieren en el estudio: optimismo, extraversión, compromiso y bajo neuroticismo.
Una red social fuerte y el apoyo en los seres queridos son factores de protección de la salud mental (Imagen ilustrativa Infobae)
Emily Rogalski, neurocientífica cognitiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y directora asociada del Centro Mesulam de Neurología Cognitiva y Enfermedad de Alzheimer acuñó el término “superagers” o “superancianos” para describir a personas mayores con una excepcional memoria. En una nota reciente en Infobae, analizaba los cuatro hábitos que contribuían a esa cualidad y entre ellas se encontraba la extraversión.
“No es tan simple como decir: ‘Si tiene una red social fuerte, nunca tendrá la enfermedad de Alzheimer’”, dijo Rogalski. “Pero si hay una lista de elecciones saludables que uno puede hacer, como seguir una dieta sana y no fumar, mantener redes sociales sólidas puede ser una de las primeras en esa lista”. Actividades como visitar familiares y amigos, colaborar de forma voluntaria en alguna organización y salir a diferentes eventos se han asociado con una mejor función cognitiva. Y, al contrario, una baja participación social en edades avanzadas implica un mayor riesgo de demencia. Estos hechos validan la idea de que el ambiente es un actor principal de nuestro envejecimiento”, afirmó.
Por otro lado, las mismas actitudes positivas de personalidad son una de las claves de la longevidad y el bienestar de las Zonas Azules: sus habitantes no solo están libres de enfermedades, sino que tienen mejores índices de bienestar mental que los del resto del mundo. Un buen ejemplo a imitar, por una vida más sana y feliz.
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