Usuarios abarrotan estaciones del Metro de Santo Domingo

Mientras se espera el ensamblaje de trenes de seis vagones para el Metro de Santo Domingo, desde el año pasado, usuarios siguen confrontando dificultades para tener acceso al servicio en las horas pico, cuando se forman largas filas, principalmente en cuatro de las 34 estaciones que conforman las líneas 1 y 2.

Desde las 6:00 de la mañana y hasta las 8:30, y en la tarde, entre las 4:00 y las 6:00, las filas se forman compuesta por entre 1,500 y 2,000 personas en estaciones como la Concepción Bona, en Santo Domingo Este; Mamá Tingó, en Santo Domingo Norte; María Montez, en Santo Domingo Oeste, y la Juan Pablo Duarte, en el Distrito Nacional, donde confluyen las líneas 1 y 2.

La Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), entidad que opera el moderno sistema de transporte, informó el año pasado que contrató 72 nuevos vagones.

Los primeros seis llegaron al país el 9 de julio de 2023 desde Valencia, España, donde son construidos, y otros seis en septiembre del mismo año, con el compromiso de ampliar trenes de la línea 1 de 6 a 8 vagones, con los que se proyecta eliminar las largas filas actuales, porque cada tren tendría capacidad para transportar más de 1,000 usuarios.

De acuerdo con la Opret, se están haciendo los ajustes para que en los próximos meses sea una realidad el ensamblaje de los trenes de seis vagones en la línea 1 y para ello se habilitaron las cinco líneas aéreas de la línea 1, en Santo Domingo Norte.

Una de las estaciones con mayor aglomeración es la Juan Pablo Duarte, o el transfer, donde se unen las dos líneas. En las primeras horas de la mañana y a la hora de salida de empleados y estudiantes se forma un pandemónium por el entrecruces de usuarios de ambas líneas.  

Para evitar la situación, la Opret amplía la estación Juan Pablo Duarte. “Estamos trabajando arduamente para desaparecer las odiosas filas a la hora de abordar. Estas modificaciones se realizan sin parar la operación del Metro”, informó Rafael Santos Pérez, director de la Opret.

Usuarios reclaman

Julio Benítez es un usuario de la línea 2 y al ser abordado en la fila de la estación Concepción Bona, en Santo Domingo Este, se pregunta ¿por qué si ya están los vagones para ensamblar los trenes de seis vagones no se hace?    

Aunque dice que el proceso de entrada es ágil, en ocasiones dura hasta 15 y 20 minutos para poder subir al tren, debido a la gran cantidad de personas que se suman con el paso de las horas en la mañana.

Leocadia Amarante es otra usuaria de la misma línea y dice que se tiene que levantar a las 5:30 de la mañana para llegar al Metro a las 7:00 de la mañana y abordar con facilidad, porque si se retrasa 15 minutos y media hora, tiene que hacer una larga fila.

Luis Fernández, entrevistado en la estación Mamá Tingó, reclama a las autoridades el cumplimiento de su promesa de que en 45 o 60 días estarían ensamblados los trenes de seis vagones. “En el periódico chiquito que dan aquí (Diario Libre Metro) salió el año pasado que habían llegado los trenes y que en 40 y 60 días se acabarían estas filas, ya estamos en el 2024 y seguimos cogiendo lucha, ¿qué ha pasado?», preguntó.

Largas filas, pero con orden

La nueva cultura metro ha impactado en la conducta social de muchos dominicanos. Aunque son cientos y miles los usuarios que tratan de abordar el metro en las horas pico, no se forman caos. La gente va formando la fila en la medida que va llegando al lugar, sin la necesidad de policías ni empleados de la Opret.

El proceso de abordaje se hace con respeto, aunque siempre aparecen algunos inadaptados sociales que intentan “colarse” en las filas y hay quienes lo logran, porque se colocan al lado de uno que ya está en fila, entablan una conversación, mientras caminan y de repente entran al redil.

Dentro del tren hay disciplina y aunque aparecen algunos molestosos, son minoría. Los casos de robo de carteras, celulares u otros objetos de valor son escasos a pesar del apretujamiento. A las embarazadas, envejecientes y personas con discapacidades se les facilitan asientos sin ningún problema y la gente ha aprendido a decir: “Un asiento por favor”, y siempre alguien cede.