“Siempre he sido una persona sensible a los problemas sociales”
Sonia Díaz Inoa se inscribió en el movimiento Participación Ciudadana hace más de 10 años, donde fue coordinadora general en 2014 y 2020
Sonia Altagracia Díaz es una mujer sensible a los problemas sociales, es por ello que desde que se insertó en el mundo laboral se ha caracterizado por defender los derechos de los grupos más vulnerables, que encontraron en ella una defensora integral.
En diciembre de 2023, fue elegida para formar parte del Tribunal Constitucional, un logro del que se siente satisfecha y desde el cual tiene la oportunidad de seguir contribuyendo a que esos derechos que tiene la población dominicana se hagan realidad.
“En el TC estamos para garantizar la supremacía de la Constitución y el estado social y democrático de derecho, me siento afortunada porque puedo ser parte de este colegiado de jueces que está para garantizarlo en favor de la gente que acude a nosotros”, afirmó Díaz Inoa.
- Infancia
Nací en Santiago, mi papá se llamaba José Joaquín Díaz Rodríguez y mi mamá Lucía Inoa Domínguez. A los 5 años me llevaron a vivir donde mi tío José Joaquín Inoa, hermano de mi madre para que pudiera estudiar. Él estaba casado con Josefina Montalvo, tenían cuatro hijos varones. Hermanos primarios somos 10. Cursé la primaria en una escuela pública, después pasé al Liceo Intermedio México, dirigido por Ana Ercilia Pepín. Hice el bachillerato en un colegio de monjas españolas, era nada más de mujeres, con ellas aprendí a escuchar a Joan Manuel Serrat. Una día llegó al colegio una misión venezolana a capacitar estudiantes para que pudieran alfabetizar y cogí el curso, tenía como 13 años y a esa edad puse una sala de tareas en mi casa, donde daba clases a niños de mi barrio, me pagaban 50 centavos semanales”. - Travesuras
Mis hermanos de crianza me hacían muchas travesuras, como en Santiago se usaban mucho las serenatas, cuando iban a darme una, ellos se llevaban a los músicos primero donde sus novias. Salíamos mucho a bailar al Jet Set, al igual que yo, algunos de mis hermanos estaban en partidos de izquierda, milité cuando estaba en la escuela y después en la universidad, pero lo dejé cuando vine a trabajar a la capital. La juventud de mi época quería cambiar el sistema, sufrimos en carne propia los 12 años de Balaguer que mandaba a matar y había muchos presos políticos. Siempre les digo a mis estudiantes y a mis hijas que hicimos nuestro trabajo, porque aunque él volvió a gobernar, aprendió a respetar los derechos humanos, aunque fuera mínimamente”. - Llegada a la capital
Me gradué de abogada en la Universidad Católica Madre y Maestra en junio de 1978 y a mediados de agosto de ese año me llamaron a trabajar en el gobierno del presidente Antonio Guzmán Fernández, el profesor Milton Ray Guevara fue a mi casa a decirme, entonces me mudé a la capital. Esa época marcó una ruptura, el país venía de 31 años de dictadura de Trujillo, y luego los 12 años de Balaguer, que aunque fue menos tortuoso, no respetaba las libertades públicas, la gente no podía andar con libros que hablaran de doctrinas diferentes a la cristiana o capitalista, los allanaban y se los quemaban. A mí me llegaron a hacer eso. Tuve suerte de trabajar en el periodo de don Antonio Guzmán, un gobierno que todavía la población valora, el mejor que ha tenido la República Dominicana, me siento orgullosa y honrada de haber trabajado a su lado”. - Mala y buena noticia
Después del gobierno de don Antonio, trabajé en la Suprema Corte de Justicia, ahí duré casi once años, era abogada ayudante, pero me botaron. Una vez fui a hacer una pasantía a los Estados Unidos invitada por el gobierno americano y cuando regresé me encontré con que me habían cancelado, parece que tuvo que ver con problemas políticos. Pero a eso hubo una buena noticia, porque salí de la Suprema un viernes y el lunes me llamaron del Senado de la República como consultora jurídica, o sea que tuve un ascenso sin proponérmelo. Me llamó la atención que cuando llegué el entonces presidente, José Osvaldo Leger, me entregó 150 currículos que habían solicitado para ese puesto y me pidió que les enviara una cartica agradeciendo su solicitud. En ese tiempo cuando el Congreso aprobaba una ley, se enviaba a la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo y en el camino cambiaban la decisión del legislador, pero eso se solucionó, siempre le agradeceré al ingeniero Leger una circular que mandó donde decía que no le llevaran nada a firmar que no estuviera revisado por la doctora Sonia Díaz. Tenía 33 años, fue una responsabilidad muy grande y que creo que pude cumplir”. - Punto de partida
Estando en el Senado se reformó la Constitución del 94, ahí comenzó el proceso de independencia de la justicia, en esa coyuntura política cuando le hicieron fraude a Peña Gómez, Balaguer se vio obligado a reducir el período a dos años, surgió ese acuerdo de reformarla y tomar todas esas medidas. Antes de la reforma, los dominicanos no podían tener doble nacionalidad, porque perdían la dominicana si adquirían una segunda, pero gracias al trabajo de Peña Gómez se reformuló. De ahí, pasé a secretaria legislativa del Congreso, el secretario legislativo doctor Pared Goico no estaba de acuerdo con la reforma y tuvieron que sacarlo hasta que hicieran el proceso y lo sustituí. Además, el senador Amable Aristy Castro cogió el proyecto y lo extrañó del Congreso. Recuerdo que me quité los zapatos y corrí detrás de él porque me quitó la ley, pero arrancó en su carro. Tuvimos que hacer una denuncia pública y llamar al presidente Balaguer para que lo llamara al orden y así la retornó”. - Experiencia extraordinaria
En 1984 entré a dar clases en APEC, donde también fui directora de la Escuela de Derecho y una de sus fundadoras. En 1991 concursé para entrar en la UASD y gané, participé luego de hacer una maestría en España y ya tengo 33 años ahí. En este momento mi categoría es Profesora Titular e Investigadora, pero ahora está en pausa, con la responsabilidad del Tribunal Constitucional no puedo llevar 29 créditos. La universidad me permitió abordar temas que para mí son muy importantes como la situación jurídica de los hijos de extranjeros que fueron desnacionalizados que antes tenían los papeles y que la sentencia 168-13 se los quitó con el alegato de que los padres eran indocumentados, además he trabajado mucho el tema del sistema de justicia a la violencia de género intrafamiliar, entre otros derechos humanos”. - Matrimonio
Me casé en 1985 con el ingeniero Miguel Ángel Sánchez Pichardo, ambos somos de Santiago. Un día nos encontramos en el ascensor del Huacal, y de ahí nos enamoramos, duramos menos de un año de amores, ya nos conocíamos, además yo tenía 30 años y a esa edad nos consideraban jamonas. Tenemos dos hihas. Recuerdo que con el embarazo de mi hija mayor, pasé los 9 meses acostada, mi jefe, el magistrado Valdez Chupani, me mandaba a la casa los boletines judiciales para que los corrigiera. Con mi segundo me acostaron dos, en eso trabajaba en el Congreso, el ingeniero Leger me mandaba a mi casa o me llevaba los papeles para que los revisara. Tuve esa suerte de que colaboraron conmigo para eso”. - Ministerio de Trabajo
Trabajé en el Ministerio de Trabajo en 2000 cuando el profesor Ray Guevara era secretario de Estado y me llamó para que lo ayudara con la Dirección de Recursos Humanos con el objetivo de que no se rompiera el modelo de la administración pública en la implementación en ese momento de la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa. Después, me promovieron a subsecretaria de Estado para trabajar el tema de género y migratorio. Manejo un programa domínico-español, mediante el cual muchos dominicanos y dominicanas se fueron a trabajar a España. De ese mismo acuerdo, hice mi tesis doctoral, que después se desmontó porque nos dimos cuenta de que había fuga de cerebros, se llevaban a nuestros profesionales para trabajar en supermercados como gondoleros y eso de alguna manera iba a perjudicar a la población dominicana”. - Anécdota dura
Una vez en una reunión en el ministerio, luego de explicarles a las candidatas a trabajadoras domésticas que para trabajar fuera tenían que tener el sexto curso de primaria aprobado, se paró una señora y me dijo: mire doña, usted me acaba de quitar la ilusión de mi vida, cuando le pregunté por qué, me contestó que ella era analfabeta y que ya había sacado el pasaporte. En ese momento no encontré qué decirle, le contesté que teníamos una deuda social con ella, que iba a tratar de ponerla en un programa de alfabetización, eso fue lo que se me ocurrió en el momento, nosotros no mandamos a nadie a sacar pasaportes, eso me sacó de balance, todavía siento vergüenza ajena. Otro caso que me dio vergüenza y se me salen las lágrimas cuando lo recuerdo fue durante la pandemia en una de mis clases virtuales, vi a una alumna tirada en la cama arropada con un cubrecamas, entonces le dije pero señorita me parece una falta de respeto al aula, a sus compañeros y a mí que usted esté en esa cama, ella me contestó qué usted quiere que haga si nada más tenemos esta habitación, una cocinita que solo cabe mi mamá y el baño es colectivo, no tengo dónde ponerme maestra, qué puedo hacer. Sentí que la pobreza me dio en la cara, eso también me marcó, siempre he sido una persona muy sensible a los problemas sociales”. - Mediadora
Cuando salí del Ministerio de Trabajo me enrolé en el movimiento cívico no partidista Participación Ciudadana, fui coordinadora general en 2014 y en 2020, ingresé en 2012 hasta ahora que pedí licencia cuando entré al Tribunal Constitucional. Recuerdo que cuando la Junta Central suspendió las elecciones municipales y la juventud cogió la Plaza de la Bandera se creó una comisión de seguimiento de la que fui coordinadora general. Fuimos intermediarios con los jóvenes, algunos tenían posiciones muy radicales, el criterio de la junta era no celebrar las elecciones en la diáspora, entendíamos que estábamos en medio de una pandemia, pero logramos que la junta rectificara y las celebrara. También fuimos intermediarios entre los partidos políticos y la junta, nos reunimos con los candidatos presidenciales Luis Abinader, Gonzalo Castillo, Leonel Fernández y Guillermo Moreno, los ánimos estaban muy caldeados, había zonas grises en la Junta Central, la culpan de la suspensión de las elecciones y de alguna manera la tenía, pero no fue intención ni del gobierno de turno, ni nada, sino una cuestión técnica, no midieron las consecuencias del voto electrónico. Nosotros estábamos alertados, la señora Delia Ferreras, directora de Transparencia Internacional, nos advirtió que eso podía traer problemas. También nos reunimos muchas veces con la OEA, se nombró una comisión bastante heterogénea con representantes de la sociedad civil, corporativa y social del país y se celebraron las dos elecciones. Me siento bien de haber trabajado en esa comisión”. l
Reconocimientos
“Comencé muy jovencita en el ejercicio profesional, ya llevo 50 años de trabajar con la sociedad y eso para mí también es muy importante. En ese sentido, he recibido muchas distinciones y reconocimientos nacionales e internacionales. En la UASD fui declarada Investigadora del Año y como Profesora. Una cosa que a mí me impresionó fue cuando en 2022 el abogado Negro Veras me llamó para decirme que la Asociación de Clubes de Santiago nos iba a reconocer con motivo de los 50 años de los clubes. Cuando era jovencita trabajaba en los clubes culturales de los barrios. Recuerdo que nos dieron un pergamino. También fui reconocida recientemente con la Medalla al Mérito en la categoría Profesional, el Tribunal nos postuló a las 5 magistradas y me seleccionaron a mí, tal vez porque soy la mayor. Esa condecoración recoge toda mi trayectoria desde que comencé a alfabetizar a los niños en la sala de tarea que tenía en mi casa cuando el gobierno venezolano nos capacitó para alfabetizar a la gente”.
Docente
Mi primer trabajo fue en una oficina de Derechos Humanos, también daba clases en un liceo nocturno donde casi todos los estudiantes eran mayores que yo”.
Funcionaria
Me gradué de abogada en junio de 1978 y a mediados de agosto entré a trabajar en el gobierno del presidente Antonio Guzmán Fernández”.
Gratitud
Siempre le agradeceré al ingeniero Leger la circular que mandó donde decía que no le llevaran nada a firmar que no tuviera revisado por la doctora Sonia Díaz”.
Experiencia
En 1984 entré a dar clases en APEC, donde también fui directora de la Escuela de Derecho y una de sus fundadoras”.
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