Mora Serrano recibe su Premio Nacional de Literatura

La Fundación Corripio en­tregó el Premio Nacional de Literatura 2021 al es­critor Manuel Mora Serra­no, durante una ceremonia que encabezó su presiden­te, José Luis Corripio Estra­da (Pepín).

El también poeta, narra­dor, abogado y periodista recibió un premio en me­tálico por un valor de dos millones de pesos, que des­tinará para la creación de una fundación que tendrá como objetivo formar nue­vas generaciones en litera­tura.

Mora Serrano dijo que quiere poner las prime­ras piedras de la zapata de una institución cultural que piensa levantar en Pi­mentel, en el solar donde nació, para dedicar la edi­ficación a una biblioteca ecuménica digital y física. También quiere que este es­pacio sea un centro de estu­dios literarios al servicio de todos los interesados, nati­vos o extranjeros, en las le­tras y en las artes. “Depo­sitando a plazo fijo en una organización bancaria sol­vente la totalidad de la su­ma, esperando que cuando se haya constituido esa fun­dación sin fines de lucro, nos llegarán aportes generosos de otras fundaciones”, agre­gó el escritor.

Satisfacción
“Para nosotros es más que una satisfacción y una ale­gría múltiple, primero por­que después de 31 años ve­mos que todavía el semillero sigue produciendo árboles que resisten el tiempo y las tempestades en el ámbito li­terario en la República Do­minicana”, dijo Pepín Corri­pio.

Manifestó que en el caso de Mora Serrano, con quien­le unen afectos, lo hacen sentir doblemente contento por la justicia que se hizo con él al otorgarle el Premio Na­cional de Literatura este año.

El acto contó con la pre­sencia de la ministra de Cul­tura, Carmen Heredia; el empresrio Manuel Corripio Alonso, entre otros integran­tes de la Fundación.

Quejas por la literatura
Mora Serrano consideró una vergüenza y una injusticia poética de dimensiones co­losales que Franklin Mieses Burgos, al que considera el más grande poeta lírico que ha producido el municipio Pimental, fallecido en 1976, haya sido olvidado por los munícipes, los congresistas y los presidentes. “No quisiera morir sin caminar por la vía que lleve su nombre dicien­do unas palabras en su in­auguración, que ojalá fuese por Los Arrayanes de Bella Vista o la Rosario del Renaci­miento”, dijo Mora.

Consideró otra vergüenza mayor que habiendo produ­cido a un talento continen­tal de la talla de Pedro Hen­ríquez Ureña, de quien Jorge Luis Borges dijo que merecía el título de Maestro de Amé­rica, no se haya honrado el país creando el Instituto de Filología que aglutinara “lo mejor de nosotros, de Espa­ña y de América, para que una vez por todas se superen los lamentables fallos que te­nemos casi todos en el uso del lenguaje”.