Diversidad e inclusión en la última jornada de la pasarela de Madrid
En la última jornada de la 73 edición de la pasarela de Madrid destacó la diversidad y la inclusión de las mujeres en las colecciones que este sábado presentaron Angel Schlesser, y Ulises Mérida, además del trabajo artesanal de la firma Isabel Sanchís y Maison Mesa.
Angel Schlesser apostó por un desfile en el que primaron valores como la inclusión y la diversidad con el objetivo de «empoderar a la mujer, sea cual sea su condición, edad o estilo».
«No hay una visión de belleza única que se adapte a todo el mundo», dijo a Efe Juan Carlos Mesa, reconocido diseñador en la industria de la moda española que formó parte de la firma Agatha Ruiz de la Prada durante 15 años.
Apasionado del arte de la Bauhaus y más concretamente del arquitecto y diseñador Mies van der Rohe, defendió una colección «clásica y vanguardista». Patrones geométricos, estructuras marcadas que recuerdan las vigas y las estructuras de Van der Rohe alumbran ropas minimalistas, «sin abandonar la funcionalidad de las prendas».
Una capa acolchada ribeteada eco piel sostenible, «un diseño fantástico para casarte en Aspen o Navacerrada», explicó Mesa, quien detalló que complementos como zapatillas deportivas y bolsos prácticos adquiere mayor valor en estos momentos en los que la inclusión y el empoderamiento de la mujer es esencial.
Y con la idea de la diversidad, sobre la pasarela desfilaron mujeres de todas las edades, entre ellas Yelimar -finalista del programa Maestros de la Costura-, modelo venezolana de 31 años que perdió su pierna derecha en un accidente de tráfico cuando huía de un intento de secuestro.
Después, Isabel Sanchís presentó una colección artesanal que se ha realizado en su taller de Benaguacil en Valencia (este de España), punto de partida de donde salen para todo mundo: desde América hasta los países árabes, pasando por Sudamérica o Asía.
«Con la crisis de 2008 conseguimos salir fuera de España y estar presente en puntos de venta de 40 países», explicó Isabel Sanchís.
En esta ocasión, las cadenas son el hilo conductor de una colección «sensual y femenina» compuesta por 93 piezas para crear 34 salidas en las que han destacados los tonos blancos y negros, conjuntos que se venden desde 1.300 a 8.000 euros y que comparten escaparates y salones con firmas internacionales como Oscar de la Renta.
En colaboración con la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), Ulises Mérida prefirió una costura solidaria con la que cedió el protagonismo a mujeres en riesgo de exclusión social que luchan por recuperar su dignidad.
Con esta colección no pretendía innovar, pues explicó que su intención era diseñar prendas vendibles, una inyección de entusiasmo y económica para la asociación, que se ha traducido en una colección con mucho color, donde los tonos flúor en amarillo y naranja se combinan con grises y tonos neutros.
Maison Mesa, que ha desfilado en varias ocasiones en México y Tailandia, prefirió apostar por crear piezas con materiales de calidad, en las que aparecen técnicas clásicas y artesanales que se refuerzan con las nuevas tecnologías y materiales experimentales como el jacquard, un amalgama de tejidos y costura que resulta vanguardia.
Una jornada que se celebró en formato híbrido -digital y presencial-, con grandes medidas de seguridad que conllevan la reducción de aforo al 24 % de su capacidad, además de ser obligatorio la mascarilla y la distancia de seguridad.