¿Porqué no entendemos el arte conceptual?
Muchas veces vamos a exposiciones de arte que nos dejan un extraño sabor en la boca, y esto es porque no podemos entender ciertas obras o simplemente las vemos tan simples que hasta nos preguntamos si en realidad eso es arte. Muchas veces pecamos al decir la frase favorita del ignorante: “eso lo hago yo en mi casa”, y esto sucede porque no llegamos a darnos la oportunidad de investigar porqué este artista hizo lo que estamos viendo.
Tenemos ser hábiles para comenzar a indagar y llegar al fondo del tema, ya que por falta de experiencia en algunas áreas no nos damos la oportunidad de abrir la cabeza y tratar de atar líneas de ideas.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta en el arte conceptual es que lo importante es la idea en general, no lo que estamos viendo; lo que vemos es un simple conductor que nos facilita el camino a ese concepto. Tenemos que preguntarnos: ¿qué está pensando el artista?, ¿por qué utilizó los elementos que están expuestos?, ¿cuál es el entorno del artista?, ¿qué situación lo llevó a crear esa pieza? En fin, ponernos en el lugar del artista, mirar con sus ojos e interpretar desde su punto de vista.
Voy a poner el ejemplo de un artista cubano llamado Félix Gonzalez-Torres y la obra que voy a utilizar es Perfect Lovers (“Amantes perfectos”).
Aquí podemos ver dos relojes comunes sincronizados a la perfección, y tú dirás: “ok, esos dos relojes podría haberlos comprado yo, ponerlos a la misma hora y ya, ¿por esto es una obra de arte?”. No amig@, como le dije anteriormente lo importante es la idea; lo primero que podemos apreciar son estos dos relojes, a la misma hora y hasta en los mismos segundos, después nos enteramos de su nombre, “Amantes perfectos”, lo cual te va diciendo por dónde van los tiros, dos personas que se aman, que están compartiendo sus vidas juntos como una sola, pero como a los relojes se les acaba las baterías, uno primero que otro perderá esta tan preciada sincronización.
Al igual que la vida en pareja se van desincronizando poco a poco al pasar el tiempo. Pero no podemos quedarnos ahí porque somos curiosos y seguimos investigando. Donde esta obra toma más sentido, y tiene más peso y relevancia, es cuando nos enteramos de que en el momento en que él estaba haciendo esta obra su pareja estaba muriendo de VIH. Entonces, ahora sí nos podemos sorprender con la obra, ahora la obra está a otro nivel y nos place verla y tendremos ese sentimiento entre dulce y amargo.
Al pie de esta obra González escribió: “No tengas miedo de los relojes, es nuestro tiempo, el tiempo ha sido tan generoso con nosotros. Imprimimos el tiempo con el dulce sabor de la victoria. Hemos conquistado el destino al encontrarnos a una cierta hora en un cierto espacio, por lo tanto, devolvamos el crédito donde se debe: el tiempo. Estamos sincronizados, ahora y siempre, te amo”.
Vamos a ahora con “La fuente”, de Marcel Duchamp. El año de la creación de esta obra el mundo estaba en guerra y los artistas que pasaban por la época del Dadaísmo se dieron a la tarea de dar su punto de vista y su repudio a la guerra. Marcel Duchamp hizo su tarea con esta obra, que es un simple urinario de la época. Ir en contra de la razón de algo es llevarlo a su concepto antagonista. Coger un objeto donde se depositan los desechos humanos, cambiarle el concepto al llamarlo fuente y presentarlo como una obra de arte fue su forma de llevar la contraria para Duchamp. Y a todo esto le sumamos que esta obra fue presentada en un concurso donde hubo un cambio para la época, ya que a los dadaístas no se les quería reconocer como “artistas”, ni se les permitía exponer ni concursar su arte en las exposiciones y concursos, pero en las bases de este concurso estaba establecido que “todas las obras serían aceptadas” sin excepción.
Esta obra del cubano González-Torres habla también de su pareja, que como mencioné en la obra anterior estaba sufriendo de sida. La pila de dulces representa el cuerpo de Ross (su pareja), que poco a poco se va deshaciendo y al final solo quedarán solo los desperdicios y las memorias de esta obra, al igual que un cuerpo humano cuando está en declive.
Entonces, ¿qué tenemos que tener en cuenta al pararnos frente a una obra conceptual?
1- Tener la disposición de investigar sobre la obra.
2- Leer cualquier texto que nos dé un poco de información sobre la obra.
3- Tratar de entender lo que el autor nos quiere comunicar.
4- Buscar las asociaciones entre el discurso, el tema, el título y el autor.
Por esto debemos ir con la mente abierta a las exposiciones, leer siempre las reseñas de los artistas y darnos la oportunidad de bloquear las cosas aprendidas y darnos la oportunidad de que entren cosas nuevas a nuestras cabezas.
Esta tendencia de las artes conceptuales nace a principio de los años 60, con conceptos poco definidos y fronteras dudosas, pero el arte conceptual te invita a disfrutar de los procesos intelectuales y deja en un segundo plano el estímulo óptico.