Las memorias del Beatle tranquilo
“Beatlemanía. Por nada del mundo querría volver a vivir algo semejante. Realmente, es espantoso, pero en ocasiones tenía sus cosas buenas, en fin… Es como ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, sabes, tú estás cuerdo en un sitio en el que todos los demás están chiflados. Ya sabes, los guardias y los enfermeros y el Gobierno, todos”, reflexiona George Harrison en ‘I Me Mine’.
Un libro de memorias, publicado por primera vez en español por la editorial Libros del Kultrum y que, tal y como se concibió originalmente en 1980 – entonces, a un precio desorbitado -, incluye los manuscritos de todas las canciones compuestas por el músico de Liverpool, así como sus comentarios sobre las mismas y una amplia selección del archivo fotográfico del artista.
El texto gira en torno a las conversaciones con Derek Taylor, jefe de prensa de The Beatles, y autor de buena parte del mismo; unos diálogos en los que Harrison recuerda el fenómeno creado en torno a la banda de Liverpool, una admiración desmesurada que recorrió el planeta.
“Sin duda, hubo un momento en que quedó claro que nosotros no estábamos locos, pero que lo único que teníamos que hacer era llegar a una ciudad y la gente se pondría a romper los escaparates y los policías se caerían todos de sus motocicletas”, recuerda Harrison, que confiesa haberse equivocado al pensar que en la India no les conocería nadie.
El país asiático, al que regresó en numerosas ocasiones, marcó la vida de Harrison: no sólo influyó en los últimos trabajos de The Beatles, sino que allí conoció y se hizo amigo de Ravi Shankar, del que fue alumno y a la vez mentor, difundiendo en Occidente la música de Shankar.
El autor de ‘Something’
“En realidad, nunca me he visto como una persona que compone canciones a modo de oficio. Muchos compositores sí que lo hacen. Supongo que alguna vez sí me habré visto de esa manera sin ser consciente de ello, pero no con frecuencia. Mi principal objetivo es desprenderme de algo que me inquieta, desahogarme, en lugar de ‘ser un compositor’”, confiesa Harrison a su interlocutor.
Un músico tan excepcional como místico, que dejó para el recuerdo canciones como la que da título al libro que recoge sus memorias, ‘I Me Mine’, ‘Something’, ‘Here Comes the Sun’ o ‘While My Guitar Gently Weeps’ o ‘My Sweet Lord’.
“Fuera cual fuera la fuente de inspiración, siempre era un privilegio ser testigo del nacimiento de una canción y poder contemplar cómo se manifestaba la fuerza creativa de la musa en plena faena. George podía andar toqueteando la guitarra, el ukelele o el piano y, de pronto, parecía sumirse en una suerte de trance, como si ella le hubiera dado un golpecito en el hombro para anunciarle su inminente llegada”, recuerda su viuda Olivia Harrison en la introducción del libro.
El propio Harrison explica que compuso ‘Something’ al piano mientras The Beatles grababan su célebre ‘Álbum Blanco’ en los estudios de Abbey Road. “Me tomé un descanso cuando Paul estaba haciendo algunas sobregrabaciones, entré en un estudio vacío y comencé a componer”.
Aquel tema no fue incluido en el disco que estaban grabando, sino en ‘Abbey Road’, el último álbum que harían juntos los cuatro de Liverpool, y es quizá el mayor éxito de Harrison con The Beatles y la más versionada.
Para componer ‘My Sweet Lord’, su mayor éxito en solitario y el sencillo más vendido en Reino Unido en 1971, a Harrison le inspiró la versión que hicieron los Edwin Hawkins Singers de ‘Oh Happy Day’, aunque tuvo dudas a la hora de hacer la canción por su mensaje religioso.
“Preveía que un montón de gente reaccionaría de una manera rara. Muchas personas tienen miedo de las palabras ‘Señor’ y ‘Dios’ y, por alguna extraña razón, les incomodan”, apunta Harrison quien, con la canción, se propuso hacer que un tema pop occidental fuera el equivalente a un mantra que repite una y otra vez palabras sagradas, en este caso un ‘Hallelujah’, que más acaba tornándose en ‘Hare Krishna’, “para que la gente cantara el Maha Mantra”.
Uno de los mejores guitarristas de la historia
Casi siempre a la sombra de los carismáticos John Lennon y Paul McCartney, Harrison era el más reservado – de ahí su rechazo a la ‘Beatlemanía’ – y el más místico de los cuatro, una entrega a la espiritualidad que marcó su carrera en solitario y, sin duda, el devenir de la carrera de la banda de Liverpool desde su primer viaje a la India.
Con apenas 15 años se unió al grupo que le lanzaría a la fama y gracias al que George Harrison (Liverpool, 25 de febrero de 1943) acabaría por convertirse en una de las grandes leyendas de la historia del rock, reconocido por la revista musical ‘Rolling Stone’ como uno de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, lista en la que ocupa el undécimo lugar.
Tras la separación del The Beatles, fue el primero en lograr un número 1 en solitario, gracias al álbum ‘All Things Must Pass’ (1970) y, un año después, en agosto de 1971, en colaboración con su maestro en el sitar y la música oriental Ravi Shankar, organizó el primer concierto benéfico de la historia de la música rock, en apoyo de Bangladesh, con músicos de la talla de Bob Dylan, Eric Clapton o Ringo Starr.
Apenas ensayaron todos juntos y, para la celebración del evento, siguieron el consejo de un astrólogo indio que indicó que los primeros días de agosto eran un buen periodo para el concierto (finalmente fueron dos) que tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York: no sólo fue un éxito, si no que consiguieron su propósito de difundir la causa bangladesí.
La grabación de aquel ‘The Concert for Bangladesh’ logró el premio Grammy al Álbum del Año, uno de los múltiples reconocimientos de George Harrison a lo largo de su carrera, que terminó el 29 de noviembre de 2001, cuando falleció en Los Ángeles como consecuencia del cáncer de garganta que le había sido diagnosticado cuatro años antes.