Negación y vacío en el sepelio de la arquitecta Rosado

Tres días pasaron desde que la vida de la arquitec­ta Leslie Rosario se tor­nó gris y a su vez manchó del mismo color los cora­zones de sus familiares y allegados, quienes este martes le dijeron adiós entre el dolor y el llanto.

“Ver tu cuerpo, el cuer­po, que he abrazado y be­sado toda mi vida, recos­tado con los ojos cerrados me ha partido el alma, no quiero que pase el tiem­po y que lentamente me vaya a acostumbrar, no quiero que pasen los días ni las noches sin que es­tés aquí, no quiero que llegue un día en que no sufra, porque quiero llo­rarte siempre para que sepas lo mucho que me importas y lo mucho que te amo”, fueron algunas de las palabras de Nicole, la hija mayor de la feneci­da, durante la despedida.

Con solo 15 años, la mayor de los tres herma­nos se armó de valor pa­ra decirle a su progenito­ra que cuidara de los más pequeños e intentará darles el “tiempo, amor y cuidado” que ella recibió. “Yo intentaré ser una ma­dre para ellos, intentaré pa­recerme a ti lo más posible”, declaró.

En medio de pausas para respirar por la intensidad de sus sentimientos, Nicole re­cordó cuando su madre fue víctima del disparo que le segó la vida a ella y a quien sería su cuarto hermanito.

“Solo me pregunto, una y mil veces, que alternativa pudiera haber hecho yo pa­ra protegerte como tú siem­pre me has protegido a mí. Es tan difícil saber que yo no pude haber hecho nada, porque nunca imagine lo que iba a pasar.

 SEPA MÁS
No lo cree.

José Rosado, padre de Leslie, externó su dificul­tad para asumir que ya no verá a quien definió como la mitad de su vi­da. “Yo he estado firme, porque es que no lo he creído. Yo estoy como en una negación estúpida que no sé, no estoy aquí de verdad”, manifestó levantando brazos y to­cándose la cabeza.