Alguna disculpa merecía

En la edición del Listín Diario del sábado 5 de octubre del 2013, uno de sus columnistas emplazó a la familia del fenecido ex canciller Fabio Herrera Cabral a desmentir el pasaje del libro de mi autoría “El golpe de estado. Historia del derrocamiento de Juan Bosch”, en que se narra cuando éste, derrocado y prisionero en el Palacio Nacional le pide cianuro. La familia le respondió el sábado siguiente en una columna en el diario Hoy de Fabio Herrera Miniño, hijo de Herrera Cabral, confirmando lo dicho en el libro y añadiendo que su padre solía comentarle que una vez trasladado Bosch a una habitación de la tercera planta del Palacio le pidió una navaja, cosa que él rechazó tal como había hecho con lo del cianuro, diciéndole a Bosch que aún le quedaba mucha carrera política, como realmente sucedió después.

El emplazamiento se proponía desmeritar mi obra refiriéndose a un artículo publicado por el poeta y escritor Tony Raful en el mismo Listín Diario días antes, en el que se destacaba su valor como la más completa relacionada con los siete meses del gobierno de Bosch y los trágicos acontecimientos que condujeron a su derrocamiento. En su emplazamiento a la familia Herrera el columnista admitía que no había leído la obra sobre el golpe, a pesar de lo cual hacía sobre ella duros enjuiciamientos.

En beneficio del columnista del Listín, acostumbrado a opinar sobre temas que admitía desconocer, cabía suponer que también ignoraba la publicación del volumen 8 de la colección “Bosch vive” de la Fundación Juan Bosch, titulada “1963 Revolución inconclusa”, del historiador cubano Elíades Acosta Matos, en que se afirma sobre “El golpe de estado. Historia del derrocamiento de Juan Bosch”, lo siguiente (página 442): “El libro de Guerrero, de obligada consulta, es de los que más objetivamente, con más elegancia y altura han abordado el gobierno de Juan Bosch”. Alguna disculpa merecía ¿no creen?

La entrada Alguna disculpa merecía se publicó primero en Periódico El Caribe.