Ana Simó critica el “mal síntoma” de la soledad acompañada de algunas personas en el hogar

La psicóloga, terapeuta sexual, familiar y de pareja Ana Simó criticó este lunes algunos de los hábitos que crean los miembros de una pareja al vivir parcialmente aislados de la situación de su cónyuge, lo que puede crear un mal síntoma que termina convirtiéndose en una “soledad acompañada” para cualquiera que la padece.

Durante su participación en La Receta Médica de la Z, la experta en temas de la conducta explicó que aunque uno de los miembros de la pareja tenga sus propias situaciones, también debe tener la responsabilidad de abrirse a escuchar al otro.

“Yo siempre he dicho que para que una dinámica de pareja sea sana es necesario poder entender el dolor del otro. Cuando tu pareja te dice: yo no me estoy sintiendo bien, yo no me estoy sintiendo feliz, porque realmente yo te digo cómo estoy, yo digo cómo tu ausencia me duele, y tú no haces nada. Es decir, te entró por un oído y te salió por el otro. Realmente eso es un mal síntoma en la relación”, aseguró.  

Dijo que como profesional ha tratado con personas que le dicen que a pesar de tener la presencia física de su pareja se sienten completamente solas o solos, pues son personas que no interactúan sobre la situación o angustia de su compañero o compañera de vida.

“La soledad acompañada es muy dura, se sufre mucho, se lacera mucho. No tan solo la persona sino también la dinámica en sí. Pues entonces lamentablemente en esa soledad comenzamos a sentir, porque la soledad trae mucha tristeza, pues comenzamos a sentir mucha tristeza”, adujo.

Reconoció que el ambiente de vida en que hoy día viven los cónyuges les limita el tiempo para compartir, pero que el poco espacio que tienen durante el día debería aprovecharse sin que haya uso de cosas como por ejemplo el celular. 

Ana Simó definió la soledad acompañada como alguien que convive bajo un mismo techo con otra persona y no tiene espacio para compartir ni siquiera cómo transcurrió el día. “La prioridad de mi pareja es su trabajo, yo no me siento acompañada”. 

¿Para qué nos casamos?

Dijo que si las personas no son capaces de compartir momentos y situaciones de su vida, entonces “¿para qué me casé, para qué nos casamos?”.

Narró que hay personas que han llegado a la prensa que se casaron con un fantasma, pues nunca están a la disposición de un diálogo con su acompañante del hogar. 

¿Qué hacer?

La profesional de la conducta aconseja a los miembro del hogar compartir más y contarse sobre su situación, pues ahí se descubren realidades de su pareja que quizás no se han descubierto.

Adujo que con el simple hecho de escuchar ya la pareja empieza a sentirse bien, aunque también es partidaria de las recomendaciones ante una preocupación que le atormente. 

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