Bolsonaro se defiende de críticas en la ONU
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro realizó una defensa estentórea de su gobierno el martes en la Asamblea General de la ONU, en la que rechazó críticas de su manejo de la pandemia y mencionó datos recientes que indican una menor deforestación de la Amazonía.
Su presencia en la Asamblea General fue en sí una provocación, pues Bolsonaro violó el requerimiento de que todos los participantes estén vacunados contra el COVID-19. Infectado con el virus el año pasado, Bolsonaro ha dicho harías veces en la última semana que sigue sin vacunarse y que recibir la inyección es una decisión personal y médica.
“Para noviembre, toda persona que quiera ser vacunada en Brasil lo será”, dijo el mandatario en su discurso. “Nosotros respaldamos las vacunaciones. Sin embargo, nuestro gobierno se ha opuesto a los pasaportes de vacuna o cualquier obligación de vacunarse”.
Reiteró además su insistencia en el uso de medicamentos de “tratamiento temprano” como la hidroxicloroquina, sin nombrarla. El medicamento contra la malaria pareció inicialmente prometedor, pero los científicos han rechazado categóricamente su uso, diciendo que es ineficaz contra el COVID-19. La hidroxicloroquina fue central en el caos de la pandemia en Brasil, una crisis que ha visto cuatro ministros de salud en el país, dos de los cuales se opusieron a la insistencia de Bolsonaro en usarla.
“No entendemos cómo tantos países, junto con gran parte de la prensa, se expresaron contra el tratamiento. La historia y la ciencia determinarán cómo responsabilizarlos”, añadió Bolsonaro. Elogió además el generoso programa de ayuda del gobierno por el COVID-19 que proveyó pagos mensuales a los pobres en Brasil. Su retirada, sin embargo, alimentó la pobreza.
El líder ultraderechista ve caer su tasa de aprobación, en parte porque el país tiene la segunda mayor cantidad de muertes por COVID-19 en el mundo, con más de 590.000. Eso representa el octavo mayor per cápita en el mundo. Y Bolsonaro está más aislado internacionalmente que nunca, luego de la derrota de su aliado el expresidente estadounidense Donald Trump.
El martes, Bolsonaro adoptó un tono desafiante, usando argumentos similares a los que dirige a su base, observó Thomas Traumann, un analista político.
“Podría haber hecho ese discurso en cualquier parte de Brasil y no gastarse dinero en el viaje a Nueva York”, dijo Traumann.