Los Denver Nuggets, guiados por Nikola Jokic y Jamal Murray, conquistaron este lunes el primer anillo de la NBA de su historia al vencer por 4-1 en las Finales al Miami Heat de Jimmy Butler.
Tras casi medio siglo en la liga, los Nuggets, que hasta este año jamás habían jugado una serie por el título, tocaron por fin el cielo de la NBA en una memorable noche en la que vencieron al Heat por 94-89 ante un público del Ball Arena de Denver en éxtasis.
Jokic (28 puntos y 16 rebotes en el quinto encuentro) fue elegido MVP de las Finales y culminó unos playoff impresionantes batiendo con 10 el récord de triples-dobles y convirtiéndose en el primer jugador que lidera en unas eliminatorias de la NBA las estadísticas de puntos, rebotes y asistencias.
Con el champán enfriándose y todo listo para la fiesta en Denver tras ganar dos encuentros seguidos en Miami, el quinto partido, sin embargo, se le atragantó muchísimo a los Nuggets en los tres primeros cuartos y solo en el último pudieron doblegar a unos Heat inagotables y que murieron con las botas puestas.
Fue un combate rabioso y asfixiante, de ataques muy oxidados, de ritmo pesado y sin espacio para que ningún equipo lograra marcharse en el marcador.
Murray aportó 14 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias y Michael Porter Jr. sumó 16 puntos y 13 rebotes en unos Nuggets con un espantoso 5 de 28 en triples (17,9 %) y también pobres desde el tiro libre (13 de 23) pero absolutamente dominantes en el rebote (71 por 50).
En estos muy meritorios Heat, a un paso del anillo pese a ser octavos en el Este, Butler estuvo muy cerca de inventar una hazaña alucinante de las suyas con 13 puntos en el último cuarto (21 en total) pero finalmente la moneda cayó cruz para los de Florida.
Bam Adebayo consiguió 20 puntos y 12 rebotes para un Heat que tenía disponible al lesionado durante semanas Tyler Herro pero que finalmente no salió a jugar.
NERVIOS Y MÁS NERVIOS
Denver acusó en el arranque los nervios comprensibles de quien está a punto de hacer historia.
Con cuatro balones perdidos en los dos primeros minutos y medio, los Nuggets entraron al encuentro bastante tensos y los Heat lo aprovecharon con un 0-5 de partida.
Tardaron en soltarse pero, en cuanto lo hicieron, los de Mike Malone bordaron un parcial de 12-0 frenando en seco al ataque de los Heat, que fallaron 10 tiros seguidos.
En el primer momento de necesidad de la noche para Miami apareció Adebayo, fantástico en el primer cuarto con 14 puntos y 6 rebotes y que se adueñó de la pintura frente a un Jokic con dos faltas en el primer periodo.
La obligada salida del serbio facilitó la sorprendente entrada en la cancha de DeAndre Jordan, que no había jugado desde la primera ronda del Oeste ante los Minnesota Timberwolves.
Jordan tuvo un par de buenas acciones ante Adebayo pero, aun así, los Nuggets se fueron al segundo cuarto por debajo y con la muñeca de nuevo encogida (22-24).
Espesos, atenazados, incómodos.
Los Nuggets no conseguían imponer su ritmo, sumaban faltas sin parar y además la ansiedad de sus jugadores se extendía también entre sus fans, bastante inquietos al ver a su equipo con -10 en el segundo periodo (29-39 a 7.17 del descanso) y cada vez más enfadados con los árbitros.
Salvo algunos chispazos de Bruce Brown, los locales se atascaron enormemente en ataque y llegaron al descanso con un terrorífico 1 de 15 en triples y con 9 pérdidas de balón.
En cambio, los Heat cada vez parecían más convencidos de sus posibilidades, contaron con buenas aportaciones de Butler y Lowry en el segundo periodo y se fueron al vestuario con el partido bajo control y una defensa en zona haciendo mucho daño a Denver (44-51).
La habitualmente reducida rotación de los Nuggets empezó a mostrar grietas con tres faltas para Aaron Gordon al descanso y un par para Jokic y Murray.
Seguramente no fue una conversación fácil la del intermedio en los Nuggets, pero Jokic volvió a la pista como una apisonadora.
Con 8 puntos en cinco minutos, el balcánico agarró el timón de su equipo y Denver, con un triple de Murray como puntilla, empató el marcador con todavía un mundo por delante (60-60 con 6.44 en el reloj).
Ese impulso moral no se tradujo en fuegos artificiales para los Nuggets ya que el duelo seguía enfangado y con trincheras y trampas en cada esquina.
Con más corazón que acierto, Porter Jr. tiró de casta para sacar puntos debajo de las piedras y gracias a un triple suyo -celebrado en la grada como si valiera 10 puntos- los Nuggets se colocaron por delante por primera vez desde el periodo inicial.
Sin embargo, un triple providencial de Kyle Lowry llevó a los visitantes con una ventaja mínima camino de los últimos 12 minutos (70-71).
Entre Jokic y Murray, los Nuggets vieron algo la luz en el ataque y consiguieron un +5 que, tal y como iba la velada, parecían una brecha enorme (81-76 con 6.42 para el final).
Butler parecía para entonces sin gasolina, pero entonces ‘resucitó’ dando un golpe enorme en la mesa con 13 puntos consecutivos, incluyendo dos triples fabulosos que colocaron a los Heat al mando con dos minutos por jugarse (88-89).
Hasta ahí llegó Miami en un desenlace muy emocionante.
Brown devolvió el dominio a los Nuggets, Butler perdió un balón a manos de Kentavious Caldwell-Pope, y éste se encargó de poner un +3 para Denver desde la línea de personal (92-89 con solo 24.7 segundos por disputarse).
La pizarra de Erik Spoelstra diseñó un triple para Butler pero no entró y los Nuggets sellaron una jornada que ya nadie olvidará en Denver.