¡Duerme bien!
La conciencia no es solo tu almohada, es la testigo de tus insomnios y desvelos, de tus silencios y temores, conoce la voz de la culpa y el sonido de la manipulación mientras se arrastra. Entiende las acciones sin desconocer las intenciones… En el tribunal del alma es la voz que hace audible la voluntad de Dios.
Discernimiento es «no confundir tu conciencia con tu ego, ni remordimiento con arrepentimiento». El remordimiento reconoce tu falta, para que tu ego te justifique, el arrepentimiento te hace consciente de ellas, para que Dios te absuelva. Puede que tu trabajo tenga una paga, pero tu consciencia no tiene precio. Haz lo correcto, se valiente y duerme bien. Cada vez que haces consciencia de quien eres, haces conciencia de lo que debes que hacer.
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