El híper-poder de los gigantes tecnológicos

 

 

Texto de la ponencia
presentada por el autor
en el panel sobre Medios,
Redes Sociales, Infodemia y
Libertad de expresión en el VI
Foro Internacional de Santo
Domingo.

Anlgunos episodios relevantes han puesto en evidencia el papel cada vez más decisivo que juegan los gigantes tecnológicos para controlar el espacio digital e influir políticamente en el curso de los conflictos regionales y mundiales.

Me refiero a las decisiones tomadas por Google , You Tube, y Facebook de bloquear a medios de comunicación estatales de Rusia para impedir que generen contenidos pagados o monetizables en sus plataformas, otra prueba más de su capacidad para restringir y decidir qué tipo de noticias deben consumir los millones de usuarios en las redes sociales. Anteriormente habían hecho galas de este poder cuando, en el contexto de las elecciones en Estados Unidos, tanto Facebook como Twitter suspendieron las cuentas del presidente Donald Trump, mientras Amazon, Apple y Google cerraban el paso para que no usara otra plataforma alternativa, en tanto PayPal y Stripe dejaban de procesar pagos para su campaña electoral.

Con estos ejemplos, que no son limitativos, quiero llamar la atención sobre el veloz proceso con que estas grandes empresas controlan dinámicas esenciales de una sociedad, tanto en los aspectos de hábitos y consumo, como de la economía y la seguridad,en algunos casos suplantando o condicionando la capacidad de acción de gobiernos e individuos.

Apabullados por ese hiperpoder, los medios tradicionales de comunicación han ido perdiendo estrepitosamente el predominio de la información, de su tráfico y de sus gestiones de negocios publicitarios.

Algunos de esos efectos también se reflejan en las plataformas digitales a las cuales imponen reglas que entrañan supresión de contenidos o, sencillamente, bloqueos infranqueables.

Es lo que acaba de ocurrir en este contexto de confrontación bélica en el que han tomado partido para ejercer su influencia en el ámbito de la geopolítica, como ya lo han hecho en el ambito del pensamiento humano y en el modelaje de las vidas de millones de usuarios.

En medio de este panorama habrá que preguntarse cual será el derrotero de la libertad de prensa y la libertad de expresión, afectando las oportunidades de los ciudadanos a estar plenamente informados.

También habrá que preguntarse cuál será el destino del periodismo libre e independiente, que siempre ha afincado su misión en la defensa del sistema democrático, donde las ideas y las noticias se debaten sin cortapisas electrónicas o legales, sin censuras ni condicionamientos caprichosos e injustificados.