En guerra con el estómago

Adaptarse a la realidad de ingresos cambiantes y precios ascendentes a veces es de mucho desafío para quién esté aprisionado en rigideces salariales. A falta de indexación para agrandar el poder de compra y llevarlo a la realidad de lo que han pasado a valer los plátanos y otros alimentos, los únicos ajustables vendrían a ser el apetito y las necesidades de calorías y proteínas sobre los cuales la fuerza de voluntad puede poco y mucho menos la billetera.