Entonces, ¿iglesias sí y gimnasios no?

Generó malestar entre usuarios de gimnasios la disposición del gobierno de cerrar las operaciones de estos negocios, mientras se permite que las iglesias realicen sus eventos religiosos.

El ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, justificó el cierre de los gimnasios en el hecho de que son espacios cerrados y no se deben usar las mascarillas mientras se hacen ejercicios. Por su parte, las galleras también continuarán prohibidas.

Montalvo anunció que volvieron a prohibirse las aglomeraciones y las reuniones de grupos de personas en espacios cerrados, todo ello con la excepción de las iglesias. No se establecieron limitaciones en cuanto al número de personas que podrán permanecer al mismo tiempo en esos ambientes.

Luego de que en Estados Unidos se abrieron las iglesias empezaron a registrarse brotes de COVID-19 entre pastores y feligreses. En el estado de Texas, 50 personas contrajeron el virus después de que un pastor pidió a su congregación que volvieran a abrazarse.

Cientos de casos de coronavirus tuvieron su origen en templos religiosos en el inicio de la pandemia.

A pesar de lo distantes que se pueda estar en uno de estos edificios, muchos de ellos utilizan aires acondicionados, lo que produce la recirculación del virus en caso de que alguien esté contagiado.

Los servicios religiosos deberán realizarse en el límite del horario del toque de queda: antes de las 7:00 de la noche en el caso del Santo Domingo y el Distrito Nacional.