Escudo protector

Solo son necesarios dos dedos de frente y cinco centavos de sentido común para llegar a la conclusión de que la única manera de que los tentáculos del pulpo pudieron llegar hasta donde llegaron era con la complicidad, la anuencia o la tolerancia, por acción u omisión, del Presidente de la República, lo que evidencia el hecho de que le vendió mas de 200 millones de pesos en combustibles a la Policía a pesar de no contar con el permiso correspondiente, o que dejara de entregar decenas de millones de pesos en equipos a los hospitales públicos que suplía sin que nadie le reclamara por lo pagado y no entregado.

The post Escudo protector appeared first on Hoy Digital.